Se enganchan a la cámara digital para inmortalizar. Quieren meter el mundo en un rectángulo, su mundo en la visión mas bonita elegida por ellos. Aunque todas las fotos sean iguales. Aunque se repitan posturas hay sonreir o poner ojitos o morritos o seriedades interesantes. Y posar. Tu eliges tu recuerdo a enseñar. Qué más da el resto.
Otros se cuelgan de las letras. Se tiran desde el rabito de la T hasta la tilde más próxima para escurrirse por la G hasta abajo. Entre miles de ellas se pierden y encuentran. Interrogantes en blanco y negro de tacto suave y posible olor reciclado. Leen para reafirmar que no están solos y escriben para dejar su huella en el tiempo, para formar parte de todo. Se dedican al recuerdo de las realidades internas o a su presente, a esas voladoras pesquisas que ni uno mismo por muchas letras que combine llegará a atrapar.
Y mientras, el tiempo pasa y se aburre porque está solo, porque nadie le hace caso, porque todos están muy ocupados echándose fotos y escribiendo metafisias que coleccionan en frascos. Frascos sin etiqueta que guardan en almacenes de cosas pasadas. Acumulaciones de un polvo feliz.
Me pregunto si lo sabrán, si lo sabremos. Si realmente ahora exisitmos... o más bien eso es lo que pretendemos.
Saturday, January 06, 2007
Wednesday, January 03, 2007
Coñio [o el desagüe de las malas leches]
Mi ceja se enfrenta a su colega, la ceja de al lado. Se pegan mucho mucho. Estan violentas. Y es que una especie de aire duro me rellena la cabeza y hace que el cerebro se me disperse contra las paredes del cráneo. Mi garganta está cansina. Demasiado. Creo que la gripe se adentra en mí cuerpo. Debería de denunciarla, violación de mi salud. Luego encima quieres desahogar pegotes letriles en tu blog y los del gmail te empiezan a dar por ****. Si quieres escribir en tu blog tendrás que tener una cuenta gmail, son las normas "babe". Pero eso sí, tu intenta que te cargue el enlace a gmail. Imposible. Coñio.
No entiendo por qué omitir la I en coñio. Coño no es igual de desestresante. También es interesante cómo la esquizofrenia se apodera de mí cuando uso palabrotas curativas. Poulain tambien tiene pataletas.
Ya no sé cómo marear más la perdiz. No se cómo escapar de mi propio tiempo. Rectifico: de mi propio tiempo de estudiar los exámenes de febrero. Remoloneo con las siestas, con las sábanas, con todos los libros del mundo menos con los que debería, remoloneo con el móvil, remoloneo con el internet. Y cuanto más huyo más miedo me da enfrentarme a una contrareloj que estoy perdiendo por mis propios méritos.
Remoloneo. En esto último hay cosas preocupantes cuando gastas tu tiempo en:
- Ir compulsivamente de foro en foro y de blog en blog y de msn en msn donde no da señales ni Dios.
-Observar durante minutos delante de la pantalla con un hilillo de baba cómo las barritas del emule cambian su color, como aumentan y descienden las velocidades, como adquieres y pierdes fuentes y como se llaman las fuentes por si conoces a alguien ¿?
-Dar vueltas con la silla de ruedas por tu cuarto (qué triste).
-Sacar la guitarra para meterla para sacarla para meterla para sacarla. Luego la metes pero la sacas para tocarla. ("How can I ignore if this is sex without touching" Enjoy de Björk está sonando de fondo...)
-Del cuarto a la nevera vacía, de la nevera vacía al salón de la siesta con tu familia dormitante, del salón frente al inquietante mundo de las barritas del emule...
-Derrepente me paro frente a las estanterías de libros y empiezo a notar una especie de ansiedad por leer TODOS y AHORA. Empiezo a trastear, a cambiarlos de sitio, de menor a mayor, de mayor a menor. Apunto en mi cuadernito de notas "ordenar alfabéticamente". Después, ya que estamos flipándolo un poco, empiezo a imaginarme todos mis libros catalogados en Excel y con su correspondiente pegatina con la signatura, como en las bibliotecas. Se llama tejuelo. Y empiezo a tener un flash back de las clases de documentación informativa de primero, cuando Charo Arquero nos lo aconsejaba y nosotros pensabamos que era una friki. Ahora entiendo que quizas esa mujer tan solo estaba estresada por los exámenes de febrero y tenia miedo a enfrentarse a los apuntes y perder su preciada libertad durante mes y medio dedicada a ellos.
-Cambiar imaginariamente la decoración del cuarto, como en el anuncio ese de Evax.
-Hacer planes de lo que haré cuando tenga tiempo libre, donde se incluye: mimitos, un finde encerrada con mis amigos, escapada de 2 días con la de los mimitos, bañitos de espuma, leer en el césped de la plaza de oriente con el sol en la cara (que no de cara al sol...), hacerme socia de los cines Renoir e ir todas las semanas, ir a ver exposiciones temporales, patearme museos solita con el zapatofono culto, irme de cañas, conocer a mucha gente que ya toca, grabar un corto, empezar a escribir un libro (que tambien toca), fundar una revista en internet sobre musica, libros, cine y ralladas agenas para ejercitar la plumilla y el coco...
Lo peor de tener tiempo es perderlo. Lo peor de no tener tiempo es quererlo. Y cuando se te juntan las dos... Coñio!
Que pasen ya los exámenes febreriles con tantas jurídicas, derechos y libertades públicas, italianos erasmústicos, producciones periodisticas, artes contemporáneos, críticas de arte (con mini-tesis cojonera contrarelojera inclusive), redacciones periodísticas... y sus respectivas 10 prácticas entrevistando a una mosca tse tse ¿?, a pinochet después de muerto, cubriendo una rueda de prensa, una entrevista de personalidad, haciendo una encuesta sobre la credibilidad de los medios, un reportaje de 15 páginas sobre un equipo de futbol de primera (¡horror!) y otras tantas que ni siquiera me he enterado.
¿Conseguirá Poulain no volverse cu-cu? ¿O acabará por el contrario dedicandose a poner pegatinas con numeritos a sus libros, haciendo pequeños movimientos de balanceo hacia alante y atrás, emitiendo bisílabos en lenguas extrañas?
No entiendo por qué omitir la I en coñio. Coño no es igual de desestresante. También es interesante cómo la esquizofrenia se apodera de mí cuando uso palabrotas curativas. Poulain tambien tiene pataletas.
Ya no sé cómo marear más la perdiz. No se cómo escapar de mi propio tiempo. Rectifico: de mi propio tiempo de estudiar los exámenes de febrero. Remoloneo con las siestas, con las sábanas, con todos los libros del mundo menos con los que debería, remoloneo con el móvil, remoloneo con el internet. Y cuanto más huyo más miedo me da enfrentarme a una contrareloj que estoy perdiendo por mis propios méritos.
Remoloneo. En esto último hay cosas preocupantes cuando gastas tu tiempo en:
- Ir compulsivamente de foro en foro y de blog en blog y de msn en msn donde no da señales ni Dios.
-Observar durante minutos delante de la pantalla con un hilillo de baba cómo las barritas del emule cambian su color, como aumentan y descienden las velocidades, como adquieres y pierdes fuentes y como se llaman las fuentes por si conoces a alguien ¿?
-Dar vueltas con la silla de ruedas por tu cuarto (qué triste).
-Sacar la guitarra para meterla para sacarla para meterla para sacarla. Luego la metes pero la sacas para tocarla. ("How can I ignore if this is sex without touching" Enjoy de Björk está sonando de fondo...)
-Del cuarto a la nevera vacía, de la nevera vacía al salón de la siesta con tu familia dormitante, del salón frente al inquietante mundo de las barritas del emule...
-Derrepente me paro frente a las estanterías de libros y empiezo a notar una especie de ansiedad por leer TODOS y AHORA. Empiezo a trastear, a cambiarlos de sitio, de menor a mayor, de mayor a menor. Apunto en mi cuadernito de notas "ordenar alfabéticamente". Después, ya que estamos flipándolo un poco, empiezo a imaginarme todos mis libros catalogados en Excel y con su correspondiente pegatina con la signatura, como en las bibliotecas. Se llama tejuelo. Y empiezo a tener un flash back de las clases de documentación informativa de primero, cuando Charo Arquero nos lo aconsejaba y nosotros pensabamos que era una friki. Ahora entiendo que quizas esa mujer tan solo estaba estresada por los exámenes de febrero y tenia miedo a enfrentarse a los apuntes y perder su preciada libertad durante mes y medio dedicada a ellos.
-Cambiar imaginariamente la decoración del cuarto, como en el anuncio ese de Evax.
-Hacer planes de lo que haré cuando tenga tiempo libre, donde se incluye: mimitos, un finde encerrada con mis amigos, escapada de 2 días con la de los mimitos, bañitos de espuma, leer en el césped de la plaza de oriente con el sol en la cara (que no de cara al sol...), hacerme socia de los cines Renoir e ir todas las semanas, ir a ver exposiciones temporales, patearme museos solita con el zapatofono culto, irme de cañas, conocer a mucha gente que ya toca, grabar un corto, empezar a escribir un libro (que tambien toca), fundar una revista en internet sobre musica, libros, cine y ralladas agenas para ejercitar la plumilla y el coco...
Lo peor de tener tiempo es perderlo. Lo peor de no tener tiempo es quererlo. Y cuando se te juntan las dos... Coñio!
Que pasen ya los exámenes febreriles con tantas jurídicas, derechos y libertades públicas, italianos erasmústicos, producciones periodisticas, artes contemporáneos, críticas de arte (con mini-tesis cojonera contrarelojera inclusive), redacciones periodísticas... y sus respectivas 10 prácticas entrevistando a una mosca tse tse ¿?, a pinochet después de muerto, cubriendo una rueda de prensa, una entrevista de personalidad, haciendo una encuesta sobre la credibilidad de los medios, un reportaje de 15 páginas sobre un equipo de futbol de primera (¡horror!) y otras tantas que ni siquiera me he enterado.
¿Conseguirá Poulain no volverse cu-cu? ¿O acabará por el contrario dedicandose a poner pegatinas con numeritos a sus libros, haciendo pequeños movimientos de balanceo hacia alante y atrás, emitiendo bisílabos en lenguas extrañas?
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