la luz blanca que se cuelga malabarista
completamente perpendicular a las cortinas
se convierte en nácar hipnótico,
como un himno visual que narra
las verdades de la mañana soleada.
el espejismo que aguarda con bamboleos
tras el puro mar de tela vaporosa
es un aire vegetal fresco en fotosíntesis
permanente de vida como intercambio
siempre a costa de la realidad.
y yo, desde mi cansada cama revuelta
desde mi revuelta alma cansada,
enmarco entre cuatro hileras de pestañas
esta microidea revelada sorpresivamente
en una mañana perpendicular a mis cortinas
por un efecto óptico de mis entrañas:
que es mar y tierra, planeta entero
aunque sólo parezca una terraza
que el mundo todo él
está esparramado por delante
y que el mundo todo interior
está puro, concentrado cuando avanzas.