Thursday, October 19, 2006

Ante un cartel y una chapa

Ante un cartel me quedé suspendida. Una niña colgaba de unas rejas a punto de
estamparse contra unas jornadas surrealistas. Casualmente hace un mes me topé
con el surrealismo de manera surrealista. Y aquí­ estoy con un signo de
exclamación sobre la cabeza.
Beatrize Poulain se adentró en la Mirada d Vaca buscando la tuneación de la incansable compañera de andanzas: su mochila. Tras visionar una chapa cuadrada, un cortocircuito óptico causo chispas en su mirada. Se acababa de topar con un Cocoon, de los Björkianos, de formato portable. Intercambió los euros correspondientes y ya en la calle se dió cuenta de la fatalidad de la elección: no era esa la chapa contextual. Sin saberlo y sabiéndolo, probablemente no había entrado ahí con esa finalidad.

Pulsó su botón existencial de retroceso y volvió por donde había venido. Buscó y rebuscó entre todas las chapas de la tienda. Su mirada inconscientemente se encontraba y enmarañaba constantemente con ésto tan extraño:

Cuando la sospecha cernió su atención sobre la chapa no tuvo más remedio que preguntar su procedencia, ya que una mochila tuneada al tún tún es síndrome de carencia de sentido. Al final, Poulain consiguió el cambio de chapa y una puerta abierta al inquietante mundo del surrealismo de la mano de un tal André Bretón, al que hubiera olvidado de no ser por la aparición de este nombre en su nueva adquisición.

Luego llegó el cartel del que arriba hablo. Pero es que, "dadá" la casualidad de que hoy me apetecía romper un poquito el tiempo narrativo.

PD: Está De estaré Surrealistas yo Cartel Jornadas aquí

Monday, October 02, 2006

Las esquinas


Pues sí. Me gusta mirar las esquinas de las cosas, la concentración de las dimensiones visibles. La gente se fija en todo menos en las esquinas, no las presta atención. No pueden caminar sobre ellas y toda su mierda va a parar ahí. No se dan cuenta de que las esquinas son un plano con personalidad precisamente por eso, porque están sin domar. Además las esquinas concretan espacios haciendo la que la individualidad del tiempo pueda retratarse sobre ellas. Ejemplo: puede pasar algo muy importante en un muro que te será muy dificil ubicar mas adelante con exactitud; sin embargo la esquina no falla, señala la fatalidad de la concrección cuan delator óptico.

Pues bien, cruzaste la esquina. Porque hay esquinas y las cruzaste puedo estar segura de que ahí te ví, de que se te enganchó una milésima de persona, y que si en este gris mundo de cajitas de cerillas revalorizadas por la especulación, cada mole da lugar al menos a 4 esquinas y somos miles los humanos, debriéramos ir en busca de nosotros mismos, deambulando por lugares rotos para coleccionar la humanidad que hemos ido perdiendo con el paso del tiempo. Porque como dije, la gente no mira las esquinas, no las ve. Y como no las ve se van chocando cada vez que pasan por una, y el choque hace el desgaste.