Sunday, September 23, 2007

Espejismos de lagarto


En el desierto huele a granos de arena del sol. En las dunas se escuchan los ecos de las patas del lagarto equilibrista, que con dos de sus cuatro patas al aire observa perplejo el crecimiento de aquel espejismo. No, aquel de la derecha con las fuentes de agua y las espadas no, el de más allá, con sus escamas brillantes de metal al sol y toda la gama de colores en su plumaje de metaquilato.
Un estruendo procedió a sonar mientras en el horizonte el cielo y la tierra chocaban. De aquella bestia emergía un pueblo de sentimiento, una tierra sumergida en los granos del sol que habían observado los milenios y habían formado parte de las constenaciones, que habian escrito con un lenguaje codificado el sonido de los cometas y que allí llegaban para entender aquel planeta de costumbres raras que sus antepasados habían construido en algún punto de su historia. Los hijos del sol se pintaron el cuerpo e invocaron a las verdades últimas. Pero al recorrer las voces del desierto, de la montaña y de la ciudad su dolor era tan grande por dentro, en la entelequia, que tuvieron que volver a convertirse en espejismo de lagarto y apartarse a la suerte de aquel sol, su sol y el de todos, ese grande, amarillo aunque a veces naranja y rojo, fuente y foco de vida que los seres de ahora, intolerantes, altivos e insignificantes, limitamos a llamar Nuestro.
Y el lagarto cambió de postura, pum-pum. Y yo volví a escuchar su eco.

Sunday, September 16, 2007

De tacones y marcianos

Clavó el tacón contra sus dudas y de una patada las encerró en el panel acolchado de su suela. Pisaba fuerte, cada vez más, sin embargo, en linea recta empezaba a despegar la suela del suelo. Entonces se dió cuenta:

- La suela es la pareja del suelo, en teoría.

Y así echó a volar, a la práctica, que ya estaba bien de reglas y teorías. Escribió para buscarte mientras se buscaba por las nubes. Y tu un día la escuchaste desde el suelo y la seguiste con la vista en la distancia. Creías que era ella y la mirabas de lejos, hasta que un día las coordenadas de ambas puplias se juntaron.

Ahora ella daría lo que fuera porque la volvieras a buscar como antes. Para que desde el suelo, vieras como vuela. Acaricia las yemas de sus dedos que te tecleaban para encontrar el sabor que te hizo quedarte.

-Tal vez - escribe ella- cuando se encuentra se deja de buscar, solo eso.

Pero esta vez no pudo pisar sus dudas, esas que dan miedo porque no dependen de uno mismo, no pudo machacar sus dudas con los tacones porque, desde hace años, tunea las orillas del mar con sus plantas desnudas, inventando pasos nuevos que tal vez puedas o quieras seguir si alguna vez te pierdes de camino a las nubes, o al mar, o a alguna caracola de color verde que algún extraterretre dejó olvidada en medio de la montaña cuando bajó a coger una flor. En fin, esas cosas que pasan cuando alguien te escribe una historia.

-Una historia solo para tí. - Apunta ella.

Tuesday, September 11, 2007

La sal del albatro


En un embarcadero rodeada de albatros me senti pequeña, encogida y aplastada por dentro, casi me pierdo entre la sal del mar que fue la banda sonora de aquella revelación. De repente, ni el sol quemaba, ni la inmensidad del agua ahogaba, las personas no me oprimían la sensibilidad, la roca era traspasable por un golpe seco o húmedo y todos esos detalles del horizonte eran cada vez más visibles. Y con el agua el sol me empezó a evaporar. Se llevó todo lo malo, todo lo temporal, lo material, esa triada que nos aferra a hábitos y costumbres, y mientras seguía subiendo no entendía nada porque a la vez lo comprendí Todo: lo único que existe que es demasiado sencillo como para explicarlo. Si el tiempo existíera todo esto habría pasado en pocos segundos o quizás horas.

Una vez despegada de todo aquello que duele, analizada la vida, el egoísmo "ombligocentral", y el tiempo desde arriba de manera global, con cierta desazón hacia lo que realmente me importa, sentí tristeza. Pena por todo eso que va ciego, que cree que iluminarse se limita a darle al interruptor, por los que creen que sienten y se ocupan demasiado en creerselo más que en Sentir a secas, por los que se dejan llevar dogmáticamente por la masa y por los que, de igual mecánica forma, deciden no hacerlo. Me da rabia, jamás podré explicarte lo que es, jamas podre sacarte de tu rutina, porque a lo mejor siquiera te conoceré lo suficiente como para plantarme en el sitio exacto donde se empieza a volar y tirar de tí, si es que eso existe y no son cosas mias.

Y mientras tanto, el albatro dió una vuelta más por encima de mi cuerpo y por todos es sabido lo que eso significa. Así que no me quedó más remedio que volver a mi sitio y aunque aún pequeñita como el granito de sal disuelto en el mar, aterrizé con todo por dentro o mejor dicho con todo un "por dentro", a secas: el mar en mí, la tierra en mí, el aire en mí y tan solo un poquito de fuego controlado, para todas esas noches frías que me tocará vivir cuando me siente por las noches, a falta de mar, en lo alto de los tejados a pensar sobre Todo y Nada, sobre eso indescriptible. Algo que nuestra especie esta abocada a no comprender jamas, solo a intuir... y eso si es que siente...

Sunday, September 09, 2007

Eramos pocos...


¿Sabe alguien por qué extraña razón hay personas INCAPACES de leerse un libro y empezar otro SOLO cuando han acabado el que se estaban leyendo?
¿Por qué cada vez que tienen un libro nuevo, esta extraña especie humana lo empieza aunque ya hayan repetido este proceso durante los 4 últimos libros aumentando la lista de lecturas actuales a 5, sin contar los que no acabaron nunca por llegar a acumularse tantos?

¿Que clase de maldición es esta? ¿Hiperactividad primerasochentaicincopaginas? ¿Algun tipo de patología sin descifrar aún? ¿Se pasará con la edad? ¿Están abocados a picotear de todo pero no haberse leido nada balbuceando frases inconexas con un leve balanceo hacia alante y hacia atrás? ¿Cuántos marca páginas podran llegar a utilizar en los primeros 25 años de sus vidas?

Socorro...