Tuesday, October 23, 2007

Bucles de guiños


Es extraño. Las etapas son extrañas. Estás toda tu vida convencida de que la vida es algo lineal y los bucles no hacen más que aparecer, se mezclan con otros bucles y el espacio y el tiempo se quedan tan obsoletos que consiguen volverte loca. Porque vamos a ver: no es normal inducir al mundo. O lo que es lo mismo: lo lógico es vivir las cosas en función de tus experiencias pero ¿Qué pasa cuando eres tú la que las tenía dentro y de repente aparecen tus cosas en la vida real?.

Creo que llevo toda mi vida viviendo al revés, desde el futuro al pasado. Todas las cosas las sabía de pequeña, por eso las recuerdo vagamente ahora que es justo cuando me estan pasando. Incluso puede que yo existiera antes del útero materno. Por eso no paro de ver guiños a mi mundo burbuja cuando leo libros, cuando estudio historia, cuando paso por algun rincón feo y descuidado y me quedo mirando porque noto que incluso hasta ahí hay algo de mí. Y lo digo completamente en serio: déjame sola para que me fije en todo esto y veré claramente que todas esas sensaciones estan ahí, expentantes de ser sentidas.

Es todo una extraña obsesión por no pasar por alto ni un ápice de guiño cómplice hacia mi intuición, esa misma intuición que me dice que toda línea repliega un bucle que zizaguea a su vez entre la realidad y absorbe lo que la sustenta, algo que nuestras conexiones neuronales no llegan a poder explicar.


Que no pueden llegar a explicar... pero que las alas en los brazos encuentran bastane volable.

Friday, October 12, 2007

El aguarrás de los sueños





Estoy contenta
de que cuando la vida tiembla
el sol no se apaga,
de que hasta la rutina más dura
al final siempre estalla.

De despertarme tarde
con las sábanas pegadas,
y que sea el aguarrás de los sueños
el que me despegue de sus garras.

De entumecidos piermas y brazos
sentirme mareada
y confundirlo con que estoy volando
con sentirme volada.

Del vértigo
alto y atrayente
que dispara pálpitos
de inseguridad decreciente.

De ellos
que sin los sueños
los útopicos baremos,
arrugarían el empeño
de saber seguir midiendo.

De los que miden
a base de letras,
la altura de lo pequeño
y la grosura de la Nada.