Wednesday, December 26, 2007

Morado, rojo y naranja ó amarillo

Hoy la distancia me vuelve a acercar a tí, Sin Cara. Porque me enrosco como un pergamino y me lanzo al mar. Aquí no se donde estoy y pierdo el tiempo. Ayer vi el mar. Estaba frío y grande, precioso, todo lleno de conchas por la orilla y a cada huella que dejaba, más me hundía en la arena y mas perdía la noción de pertenencia. Una vez, en clase de interpretación, nos enfilamos en el escenario y cerramos los ojos para imaginarnos el mar. Despues de 5 minuntos, de olvidarme del olor a butaca, del ojo aprobador de la profesora, del sentido de todo aquello, ahí estaba el mar, morado y rojo, creo que mi mar es morado y rojo con algo de amarillo o naranja, y olía a tranquilidad, a entender, sonaba a encajar y estaba completamente sola.

La profesora nos preguntó qué era lo que sentíamos en ese mismo momento. "miedo, inseguirdad, pequeñez, tranquilidad" decía la gente. Yo me sentía grande, compartida.

A pesar de todo eso, alguien quiso que naciera en un lugar rodeado de mucha tierra, de demasiado asfalto, donde el alógeno y la rapidez, la superficialidad, están a la orden del día.

Ya me dispongo a cerrarme en la botella con el corcho mientras me pregunto por dónde respirará el planeta en la ciudad con su costra de asfalto. Y justo cuando me dispongo a saltar, cuando quedan tres segundos para que esa ola ceda ante la tierra y se arrodille entre la arena para volver a su origen, y yo con ella, siento el miedo, la inseguiridad, la pequeñez. Pero no la tranquilidad.

Porque el mar no es morado, ni es rojo con naranja o amarillo. Porque la realidad esta por encima de mi sentimiento. Me acabo de dar cuenta. Tengo miedo de que ambas difieran, me da inseguirdad, pequeñez ante tí. Intranquilidad.

De todas maneras, como iba diciendo ya convertida en pergamino con mensaje, aquí ya no se donde estoy y pierdo el tiempo. Voy a saltar. Ah! Por cierto! Ayer vi el mar, Sin Cara... y me volví a acordar de tí.

Monday, December 17, 2007

El teatro de la vida


El mejor premio a un latido,
es su posterior sucesión por otro.
O lo que es lo mismo:
la manifestación de mi corazón dando aplausos.


Pum pum pum pum pum.

Tuesday, December 11, 2007

El vaho de la hoja


¡Y fin de las clases! A las 8'30 de la noche de un dia como hoy, las hojas por el suelo y el vaho por el aire, se acaban las clases.

- Uf, cómo me pesa el bolso...
- A mi me pesa el alma que es peor...

El vaho se congeló. A las hojas se las tragó la tierra. Todo se replanteó en el mundo cuando me dí cuenta: lo suyo es peor porque un bolso pesa más que un alma, porque el alma no pesa apenas nada.

Qué triste que las cosas tengan que ser así...
que un bolso pese más que un alma...
y que sea peor que te pese el bolso que el alma...
...

Y lo más raro de todo es que, con verdades como estas, el alma me pesa más. Aún.

Saturday, December 08, 2007

Con los pies en el cielo


Cansada de la indiferencia del orden quiero caerme encima de tí, donde los dedos señalan rastrojos de tu paso por el mundo. Voy a caerme encima de tí, estando entre adoquines, cuadrados, sucios, con chicles y sin ellos, grises e iguales, de camino a algún lugar de paso, con dirección a volver a empezar. Porque cuando me caigo, durante 3 décimas de segundo me siento volar. Porque si encima es sobre tí, tras planear mis 3 décimas de segundo, intransferible superpoder que me otorga la gravedad, el mundo parecerá haber girado, porque al caer sobre tí por fin estaré contra el cielo. Rodeada del hueco que el aire deja para tí, donde parece que también puedo caber yo, solo si me aprietas fuerte, mucho. Fuerte contra tí para contarte que, aunque te conozco, todavía me gusta perseguirte cuando te invento de espaldas, escribirte en la duda, perfilarte sin cara, inventarte y reinventarte, hipotetizar, especularte, para volverte a encontrar. Por eso ahora, me acabo de escribir así. Con los pies en el cielo.