Friday, December 26, 2008

Separando la gravedad del centro

La memoria es cruel. Cruel cuando te suspiran los zapatos. Cuando tienes respuestas certeras a los estribillos. Cuando sabes dónde estan. La memoria es cruel cuando tu mente no piensa, cuando como siempre sólo canta y te envía señales entre líneas. Cuando tu subconsciente ocupa el 86% de tus días presentes, pasados y futuros. Cuando está a punto de comenzar un nuevo año y aún no encuentras la puerta de salida para huir de los anteriores. La memoria es cruel, sobre todo porque sabe que en el fondo, te gusta volver a ella mientras te sientes inerte y haces que el suelo se convierta en poesía. La poesía del recuerdo es reciclar todas las sensaciones de agua salada, de telas revueltas, de aire viciado y lo más distintivo: de electricidad que envuelve lo irrevocable, que alienta la certeza de que ese es el lugar correcto.

Por encima de mi voluntad, se recicla la poesía. Cada día.

Tuesday, December 23, 2008

Liarla en sepia

Una silla verde y yo. Un cuarto descolocado. Un árbol de navidad pequeñajo. Un trineo del tamaño de un patuco porta al señor de la barba blanca y el pijama rojo. Porque Papa Noel lleva pijama, las cosas por su nombre. Frío en la punta de la nariz y en las raíces de mis dedos. Música acústica con voz dulce en la incesante caja de musica digital que me llena de oxígeno las 4 paredes de incienso. Parece que mañana será navidad, por fin. Y mientras el arpegio de la guitarra de la chica española dulce que canta en inglés sostiene mi mirada fija en todas partes y en ninguna, me siento en color sepia.
Nunca me había sentido en color sepia. Tal vez en blanco y negro, pero nunca sepia. La silla ya no es verde sino cartón y me siento rara, como si fuera yo pero hace tantos años que tan siquiera había nacido. Intuyo de fondo el sonido de villancicos de los años 20, con todo su swing y todos sus copos de navidad haciendo piruetas. Parece que el tiempo no pasa, que se estanca como el lago de un jardín zen, demasiado equilibrado como para decirle nada, como si un susurro de más pudiera estropear la superficie impecable de ese agua que parece cristal.
Pero yo solo tengo ganas de coger una piedra asimétrica de colores y lanzarla con todas mis ganas contra lo presupuesto. Y una vez producida la osadía de provocar al orden perfecto de las cosas, seguir silbando el swing que me de la gana inventar. Porque por fin, mañana es mi Navidad.

Monday, December 15, 2008

El calcetín desnudo


Ahora el mundo está tan abierto como el cielo
y el camino se vuelve pequeño para tanto aire.
Hoy me he comprado un cacharrito de hacer pompas con mi mejor amigo. He sido feliz consiguiendo que el jabón redondo brillara de colores. He sido feliz eligiendo entre mil bollos envueltos con olor a dulce para compartir uno de ellos con un café. Me he sentido simple de camino a casa mientras esperaba congelada un bus que jámas llegaba. Simple, por ser feliz con una burbuja y una palmera de chocolate. Me encanta la simpleza. Es lo que más echo de menos -si es que alguna vez fue mía-.
De vuelta a casa en el autobús. Ni Baudeleaire. Ni Woolf. Ni Frida. Tampoco Hesse. No estaban allí. Como tampoco lo estaban mis palabras enrevesadas. Ni mis significados profundos. Mis picos para profundizar más y escabar hasta aparecer por el otro lado del mundo, como a mí me gusta viajar. No aparecieron las pesadillas del poeta, tampoco la nostalgia de lo perdido. Ni rastro de mis tormentas que mantienen verde y vivo este paisaje.
Y llego aquí. Caja blanca de mis musicas diarias. Habitación alquilada al destino por tiempo ilimitado. A veces en el epicentro de mi cuarto, hogar de mis hogares, me pregunto qué pasaría si desconectara. Si desenchufara mi búsqueda. Qué pasaría si no hiciera nada. Si sajara de cuajo la inquietud, la certeza, la curiosidad, la náusea. Si mañana, en lugar de ir a trabajar, me quedo durmiendo. Si apago el móvil y me voy a Atocha para coger un cercanías que me lleve hasta el final de la línea del color que más me guste. La que haga juego con mi calcetín izquierdo, por ejemplo. Y bajarme sin tan siquiera saber el lugar de mi destino. Sentarme a observar. Dejar caer al sol por su propio peso, como las cosas trascendentales de la vida. Saber si alguien, mas allá de mi familia, me buscaría. ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que alguien te busque? ¿Para que alguien se acuerde de ti? ¿Para que sienta la necesidad de estar contigo tan punzante como para salir corriendo?. Eso no existe. ¿Eso no existe?. El sol caería y el capote negro arroparía mi cansancio en un sueño incierto, entre la libertad y el temor. Al día siguiente desayunaría regocijo con colacao y pasearía mi satisfacción campo adentro en grandes zancadas de suelas sonrientes. Abrazaría árboles con toda mi alma y me inventaría, me contaría historias a pleno pulmón para creermelas dogmáticamente. Y.
¿Y luego qué? Cuando pienso esto, nunca consigo ir más allá.
De momento me queda esto: Él, las pompas, el chocolate. Son necesarios. Pero ¿y luego?. ¿Cuando el despertador rebobina un nuevo día y te despiertas con Frida, Hesse, Woolf y Baudelaire hechos un nudo en tu cama, sin ropa, dándote cuenta de que una noche más has vuelto a caer en ese juego que no se acaba nunca?. ¿Cuando follas con tus ideas a tu propia mente?. ¿Cuando vuelve la certeza, la náusea, la inquietud y tu rueda sigue girando?. Entonces ¿Qué? ¿Dónde queda el color de mi calcetín derecho entre tanta piel?.
Buenos días.
Entonces, justo entonces, el mundo está tan abierto como el cielo.
Y el camino se vuelve más pequeño aún para tanto aire.

Thursday, December 11, 2008

Barcelona I

Barcelona fue tan explícita que me recibió con la luna en lo alto de la boca de metro, a pesar de ser de día. A su lado, un sol blanco de invierno caía en tromba demostrando que, si él quiere, el aire también tiene color.

Tras un par de kilómetros ravaleros en las ruedas de mi maleta, el puerto ha sido sorprendido por mi tinta fijadora en un arrebato de atardecer. Dibuja el agua ondas hipnóticas donde los pájaros de la libertad, alias gaviotas, esperan expectantes el significado de dicha palabra. Mientras escribo esto, una paloma enmarcada por mis pestañas reivindica su significado. Tal vez, en este viernes 5 de diciembre donde, como cada tarde, la vida empieza, gaviotas y palomas se hayan puesto de acuerdo para comunicarnos algo importante sobre lo que necesita el mundo a las 3 personas que, esparramadas por las escaleras, paladeamos un atardecer de sol que no viene desde el cielo, sino que es reflejado por los cristales de aquella torre portuaria de en frente que a su vez se refleja en la sal del agua que nos mira de cara. Ser impactado por un atardecer con el sol a la espalda. Bonita casualidad estratégica.

Monday, December 08, 2008

Fin de la primera parte

El copo más bonito,
más buscado,
más perfecto para mí

de entre toda la nieve
que surcaba el aire

se despidió en invierno
de la palma de mi mano
con un beso de agua.

De ahora en adelante
siempre le echaré de menos.

Monday, December 01, 2008

A la orilla de las letras


Las palabras son como las huellas de los pies a orillas del mar:

desde el principio estan condenadas a desaparecer con las olas,

pero siempre te quedará decir que tu pié lamió con su planta

allí donde la luna juega a hipnotizar la marea.

Sunday, November 30, 2008

Las Músicas del Mundo

Las músicas del mundo. Aún recuerdo cuando las descubrí. Fue en estado de vulnerabilidad y confusión, como todo lo que marca hondo en la vida. Mi agonía interna era un ruido oxidado que preparaba un motín contra mí misma. Fiera de selva perdida entre edificios con ventanas ciegas, apareció el sonido de la tierra. No sé que fué, solo recuerdo lo que sentí. Una envoltura de helio que me drogó con la profundidad de un alarido y me calmó. Desde entonces va conmigo a todas partes. Ese sonido líquido entre venas que tienden puentes hacia los matices mas insospechados, más ingravitatorios. Música. Esa música concreta que no sabe de superficies, solo de personas, de momentos aislados, de verdades de colores. Esa que distingues en la intimidad mas introspectiva.

Se reconocerla, en sus diferentes formas, porque no tiene ni tiempo ni espacio. Ni lengua. Podría ser de ahora, de hace mil años, grabada en un estudio en Nueva York o traida por el viento circulante de los desiertos y las estepas recónditas. Tal vez tenga tempo, una fórmula matemática incalculable por el hombre que la hace perfecta, justo en el momento oporuno,indiferente a la prisa o la calma. Quizás tenga zona, pero ilocalizable. Seguro: comunicación.

Sin embargo, cuesta tanto compartirla que he llegado a pensar que tan sólo son imaginaciones mías que subordinan la sensibilidad al gorjeo de las tierras perdidas por el azar del subconsciente.

Me preocuparía que fuera solo eso, cosas mías. Pero tal vez quede un resquicio de verdad irrevocable al que acogerme para demostrar su existencia. Y es que nadie sabe aún de dónde ha salido la geografía sensorial el hombre... puede que la música, esta música, sea una brújula para encontrarla.

¿Quién escucha la simplicidad del planeta hoy en día? ¿Qué es ese algo importante que estamos perdiendo por la sordera milenaria de la civilización violenta, mísera, cobarde, egoísta, unilateral, que aplasta la diversidad y la tradición de lo mínimo en nombre de la evolución masificada? ¿Qué nos querrá decir esa paz agitada que transmite? ¿Cómo sería si se revelara descifrada en comportamientos?

Monday, November 24, 2008

Escritores callejeros congelados


El invierno es una época difícil para los que somos escritores callejeros - dícese de aquellos seres que según les de el punto, deambulan ñoños, locos o surrealistas por las aceras resbuscándose por dentro mientras se pierden por fuera hasta que se encuentran en cualquier punto de la calle, con asiento o sin él. Y entonces, escriben-.

Por un lado, el frío nos infla las nostalgias y el tesón de seguir caminando. A pesar del insoportable aire congelado que se clava en los oídos como una cuchilla de afeitar, la cabezonería de la desconsiderada creatividad suele hacer que todo en la cabeza fermente. Con un puñado de decenas de minutos de paseo sin rumbo en el bolsillo del abrigo entre las calles del centro de Madrid, ahí estan las palabras, colgaditas de tus ganas, listas para ser fabricadas por imperiosa necesidad. Escribirse o morir.

Pero cada vez los bancos de la Plaza de Tirso son mas gélidos, la plaza del Reina Sofía se convierte en un amplio almacén de aire desafiante, el césped de la Plaza de Oriente se oscurece en humedad desde hace días, en el Retiro y en el Botánico se me meten constantemete las hojas en los ojos... y el invernadero donde dormitan las palmeras de la estación de Atocha se me ha quedado inutilizable por culpa del techo que nos separa a ellas y a mi del cielo -no dejan de quejarse y así no hay quien escriba-. Y no, ya he intentado entrar en el bar de la Filmoteca, pero sus mesas siempre estan llenas de otros esteparios anónimos. Y tampoco, aún no me atrevo a entrar a otros locales... todavía soy una escritora callejera de pocos meses.

Aún así, cuando llega el momento exacto, arranco mis manos de su idílica y cálida historia de amor con los bolsillos del abrigo y éstas, al amarrar mi pilot rojo cuan varita mágica, se convierten en iceberg: congeladas por un lado; por otro lado ese frío da dolor e inmovilidad de huellas dactilares, por lo que la escritura se limita y de lo que pienso/siento a lo que se dispara al folio solo queda la punta del iceberg. El frío para nosotros es toda una ortopedia narrativa.

Por si fuera poco, la tinta ya no moja el papel. Por el contrario la escarcha de mi tinta roja se cae al suelo desde mis cuadernos de garabatos. Así es imposible escribir, todas las letras patinan por el folio tarde o temprano y caen al suelo, ¡con lo que cuesta fabricarlas! Así que, si a las orillas de cualquier banco encontráis un puñado de letras amontonadas, ¿Os importaría devolvérmelas? O por lo menos usarlas bien. Yo el otro día me encontré la palabra "alfajor" y el palito de la "F" y la "J" me sirvieron para arrascarme, al menos momentáneamente, mis ganas fallidas de compartir palabras. Luego, me la comí. Y volvió el silencio. Qué importante es el silencio para escribir...

Friday, November 21, 2008

El mundo interior



"Si la soledad te enferma el alma"

Todavía los hay que me preguntan que por qué le doy un sentido a todo, por pequeño que sea. Y que por qué me lo creo con tanta profundidad. Mientras, los libros, las canciones y las películas me guiñan el ojo constantemente. Y en mi mundo se bifurcan 2 rotaciones opuestas, una en cada palma de mis manos descarriladas por la confusión.


En medio del caos, conmigo inerte en el medio, se aparece una solucion factible: empezar a aprender a hacer malabares, no se me me vaya a caer cualquiera de los dos mundos al suelo. No quiero romper los mundos, no pienso ser yo la que los rompa.

Saturday, November 01, 2008

Calle Madrid Frío

Igual me da por pensar en viajes que no hice.
Igual pensando en ellos consigo viajar
aunque siga estando aquí.
Puede que me de por hablar sola
diciendo cosas que suenen a sonido,
no las entenderé
y tal vez por eso por fin Comprenda.

Seguiré pintando siuletas en el aire
cuando no me vea nadie
haciendo existir lo que quiero que aparezca.
Las aceras se van conviertiendo en pensamientos,
por cada esquina hay ideas que inventar,
que nadie haya pensado,
giros que, me gusta creer, no existían
hasta que me atreví a revirarlos.
La gente que pasa se convierte en cómplice de mis teorías
pero jamás lo llegarán a saber. Ja.

Ya hace frío y por fin el jersey de cuello alto
me hace menos vulnerable al mundo
y las cafeterías tibias
arropan el quemazón que llevo dentro.
El vapor de mi boca es cada vez más suave
y al pasar frente a mis ojos parece un sueño.

Canturreo tan bajito entre la gente
que solo yo noto la respiración
que hace vibrar al sonido flotante.
Ellos no se enteran de mis bandas sonoras,
tal vez en algún solitario pasillo de metro,
pero tiene cierto regustillo divertido
ser por un instante la pirada del pelo largo
con la que te cruzaste un día.

Paseo, sin hora, sin sitio,
con mi sombra y mis historias.
Y siento, invento, esquizofrenia anímica,
siento, invento, más pasos,

desdoblamiento,
imágenes que me calan,
sin sustento.
Todo. Todo por dentro.

Ellos jamás lo llegarán a saber.

Sunday, October 19, 2008

En el aire del ombligo


Mientras dibujo en el aire
de mi ombligo espirálico
aviones con la púa de la guitarra,
noto cada día más que
ser transparente delante de la gente
se convierte en la mayor de mis excentricidades.

Y eso, jode.

Thursday, October 09, 2008

Bombillas vocales


Me desperté con bombillas en la boca.
Las apagué. Encendí el sol.
Y me fuí a trabajar.
Como cada mañana.

Monday, October 06, 2008

De los que pegan carteles

Siempre me fijé en la gente que pega carteles. No carteles gigantes, ni comerciales, no. Me refiero a esos folios con mensaje que empapelan universidades, farolas y barrios pluriculturales. Me llama la atención la soledad con la que llevan a cabo el ritual del cortar el celo con la boca y ajustar el cartel. Ese abismo que hay entre ser una persona normal que pasaba por allí y alguien que se para a pegar un cartel, alguien que en ese instante se desvincula de la normalidad y se hace protagonista de una utopía tímida en medio de la cotidianidad irreversible, con seguridad en sí mismo y vulnerable desconfianza ante la mirada despegada de los viandantes que podrían rasgarlos a golpe de universos paralelos.

No me canso de observalres y de intentar adivinar cómo son, qué estan pensando. De analizar cómo luchan con un par de manos y unos incisivos por sus ideales sujetos en celo, con celo. Hacen equilibrios para que no se les caiga nada, ni las ganas del bolsillo ni la esperanza de la mochila, centran la mirada en su objetivo y recorren durante horas unas aceras efímeras, grises por lo general. Ponen carteles porque quieren compartir algo solitario, íntimo, mínimo, reducido a unos cuantos. Creen con todas sus ganas que ese papel en ese lugar servirá para algo transcendental: que alguien a quién jamás conocerían, ni tal vez conocerán, se parará a leer, se interesará y entonces, solo entonces, el cartel ya habrá servido para algo, habrá sido provocar al orden lógico de las cosas, una trampa a lo secuencial, un guiño del destino.

Quieren que todos lo sepan con las mismas ganas con las que se quiere la primera vez. Sólo cuando se quiere la primera vez se está tan loco como para pegar carteles aún sabiendo que no durarán mucho en las paredes y que serán oteados por la indiferencia de la inercia con la que vamos por la vida. Pero aún así ellos pegan sus carteles. Como si fuera la última.

Desde la lejanía, de incógnito - y de incógnita- entre adoquines y chicles pegados, lanzándoles miradas por el rabillo del ojo me doy cuenta de todos los carteles que nunca pegué. De los mensajes que se quedaron perdidos entre las ganas y la intención. De lo fuera de lugar que estamos a veces sin darnos cuenta. Y de lo sumamente fácil que sería rasgar el celo con los dientes cuando aprieto de impotencia las mandíbulas.

Thursday, October 02, 2008

Pisarán cometas

Tal vez exista un país que aún no conozca en el que la máxima aspiración sea volar cometas entre simplicidad, estado de gracia para el ser humano. Cometas con una escalera por cuerda hacia la que dirigirse de Usted, con respeto y determinación, cuando queramos trepar por ella, de camino a lo que haya por cumplir. Existe, bajo las cometas y la gente que cuelga de ellas, un rincón en cualquier punto olvidado en el que alguien, cuyo rostro esconde tras sus ensoñaciones, silba una melodía que un violín hace muchos, muchos años se dejó tirada en la estación más nostálgica del mundo. Suelas fugaces deshilachan el tiempo y tejen nudos invencibles.

Los matemáticos de este lugar echan cuentas hacia atrás para desentrañar el origen de significados aún por descubrir. Mientras matarían por obtener una solución, al otro lado de esta historia, comienza otra paralela: con el sonido de una piedra. Seco, limpio, irrefutable. Un niño acaba de tirarla al río. Y sale corriendo. Suenan sus pisadas, que se alejan, hasta que el ruido del agua, constante, casi hasta hiriente, es lo único que predomina. Pasa un minuto y sigue todo igual. 10 mintos. 10 horas. 10 meses. Atemporalidad. Más agua hiriente, empujando a la tierra, abriéndose paso entre empujón y empujón.

Entonces me pongo a pensar en las cometas, en el rincón, en las suelas que se van pero tejen. Al abrir los ojos no veo absolutamente nada. Me da miedo y los vuelvo a cerrar. Pero sigo sin ver nada. Y ya sólo recuerdo las suelas que se van. Sólo ya no están.

Sunday, September 21, 2008

Mujeres de colores


La historia. El círculo. Cerrado por hilos invisibles que conectan desconexiones, atados a los nudos de la garganta, a la boca del estómago que habla y desgarra sensaciones. Una boca que emite voces de aire que surfean las tierras más lejanas. Y sentir un abrazo de guiños, pestañas de azúcar y sus ventanas abiertas a una misma certeza. Mientras la almaceno, cuesta creer que aquí, en el mundo de las formas, no coloreemos todos. Disparo pinceles de escritura policromática contra muros que me rebotan cada vez más monólogos aislados. Suerte que los hilos sujetan.

"Asombrada se quedó de ver
las estrellas/soles
y el mundo vivo/muerto
y estar en la
sombra "
-Frida Kahlo-



Sunday, September 14, 2008

Tratando de encender las estrellas de una en una
con la llama que prende al incienso en sus primeros segundos de vida,
me di cuenta de lo altas que estaban.

Buscando una fórmula mágica
desintegré el sentido.

Hablando de personas
fué como me quedé sola.

Expresándome
se fugó el habla.

Y una existencia confusa
tirita al borde de la vida.

Sunday, September 07, 2008

Imago


"En la comida los sientan en la misma mesa, con cuatro personas más. Hablan de amor, una vez más de amor, el tema de moda entre los críticos de moda, y Elsa le explica a Él lo que es la imago, la impronta indeleble que uno lleva dentro y que determina lo que uno podrá amar a partir de figuras que ya amó. 'Todos tenemos una imago - dice Elisa en tono doctoral- pero la mayoría de las veces no somos conscientes de que nos atrae un tipo muy determinado de persona, porque no sabemos abstraer la cualidad que hermana a todos nuestros amantes. La imago representa un estado de carencia -prosigue, y está a punto de dejar la cosa ahí por no aburrirlo, pero la antención que lee en sus ojos le anima a seguir- y de esta manera, si nos sentimos débiles, buscaremos a aquel que inspire fortaleza, y si nos creemos tontos, nos enamoraraemos del que nos sugiera inteligencia.'


Él le replica que Él no tiene imago, que se enamora de personas muy diferentes, y ella le dice que todos tenemos una imago que Él también tiene una, aunque no lo sepa, de la misma forma que todos soñamos pero solo algunos somos capaces de recordar nuestros sueños.


Quizá, Él todavía no ha llegado a identificarlo y eso es peligroso, porque significa que aún no sabe lo que anda buscando. Pero esto último Ella no se lo dice..."



Nosotras que no somos como las demás

Lucía Etxebarria

Wednesday, August 27, 2008

III

Y tan siquiera amanecer a un lado del río,
tapada hasta las orejas por los primeros rayos del sol,
parece necesario para despertarme de este sueño
en el que todos están aún dormidos.

Tuesday, August 19, 2008

(D)Espejos

- ¡Como un espejo!

- ¡Exacto, Doctor!

- Algo tan necesario como un espejo.

- A eso es a lo que me refiero...

- Para que exista un contenido, tiene que haber unos límites que le den forma. Es necesario un continente que lo perfile...

- Estoy de acuerdo, Doctor, pero volvamos con lo del otro lado del espejo. ¿De qué me sirve mi forma si no puedo verme reflejada en otro, si no puedo proyectarme para ser consciente de que vivo?

- Creo que esto es un caso de dependencia.

- ¿Es dependencia el hecho de que una persona se sienta realizada viéndose proyectada en el otro?

- Depende de hasta qué punto se le de importancia a esa realización.

- ¡Pero si estamos hablando de sentirse realizado! Ay, usted es a veces un poco frío.

- Es lo que tienen las terapias...

- Pero usted es una persona, no un robot, y si estamos hablando de espejos y se mira al espejo, ¿¿Qué va a encontrar si no es a otra persona como usted ó como en la que a usted le gustaría proyectarse para existir?? ¿Es eso dependencia o felicidad?

- Nadie dijo que la felicidad fuera independiente...

- Pero... tengo otra pregunta muy importante Doctor. Tengo LA pregunta.

- Dígame...

- ¿Realmente la psicología humana está programada para ser feliz?

- Usted se ha confundido de puerta. El filósofo es en la octava planta señorita...

- ¿En qué zona?

- Justo al lado del espejo.


Thursday, August 14, 2008

Pegamientos

Y pensar que las nubes correteaban
con los pies apoyados en el cielo
por un instante le hizo olvidar
el pegamento de sus suelas de hielo

Saturday, August 02, 2008

Errata de brújula

Me pregunta el aire que si es posible perdese uno en su propia vida perfectamente reconocible. Que cómo es posible sentarte sin ver la silla, andar sin pisar la acera y recordar sin existencia. Dicen los rayos del sol que la luz no lo alumbra todo, mientras que la luna, con sus tenues disparos, es capaz de hacer visible mediante sombras lo que ya no es. El mago tiempo, con sus filigranas de varitas mágicas de minutero, barre el círculo del reloj desgastando esta existencia sobre la que me siento y Siento, pero que nadie ve. Entonces, echo de menos hasta sangrar, por pura incomprensión, pero parece que el resto del mundo ya lo ha olvidado, como si no existiera ni hubiera existido.
Sobre esta silla que no existe, ahora soy yo la que empieza a hacerse preguntas. No llevan interrogantes, ni letras. Solo son de aire:
- ¿Es posible perderse uno en su propia vida perfectamente reconocible? - Dijo. Dije.
Y mientras tanto, el resto del mundo siguió, indolente.
Desdolido.
Indolido.
Adoloroso.
Vacío.

Tuesday, July 22, 2008

Agujas de constelación

El vacío absorbió el marco de la ventana de manera virulenta y, sin avisar, hizo chirriar sus cristales. Empezó a succionar los montículos de gotelé, uno a uno, a una velocidad centelleante que les hizo convertirse en constelación fugaz perdida. Después, todas las plantas lloraron de pena al despedir a sus macetas pulverizadas. Su tierra, pronto iría tras ellas, despidiendose en forma de relámpago.
Y ahí estaba el agujero negro, enfrente, desafiante, a punto de tocar su cara de niña grande. Cerró los ojos, apretó los puños hasta notar el latido de sus venas manifestarse y deseó desaparecer, de cualquier manera, menos con dolor.
Cuando el vacío imparable rozó sus labios, ese agónico sonido que silbaba su existencia cerró la boca y se fué. Sin llegarle a besar.
No volvió. Ella tuvo que arreglar la ventana arrancada por el vacío. Mejor dicho, construir una pared ya que la anterior había sido desmaterializada. Tuvo que volver a perfilar la pintura de sus muros carcomidos, aunque la pintura a veces le irritaba los ojos y éstos se rebelaban en forma de lluvias torrenciales incontroladas, incontrolables. Las raíces de las plantas tiritaban de miedo y hubo que contarles historias con final feliz para que se calmaran y así poder volver a plantarlas porque, con tanto bamboleo pavoroso, era imposible encajarlas en cualquier tiesto.
Cuando reconstruyó los elementos básicos de su cuarto, esos que se limitan a dejarte vivir, escuchó un sonido familiar. Un silbido negro, mágnetico, con una polaridad que iba más allá de la metafísica. Era el vacío, esta vez en forma de aguja, que se filtró de incógnito entre sus pestañas cuando sus ojos recordaron aquella constelación que un par de manos juntas hicieron brillar en el espacio infinito.

Saturday, July 19, 2008

Piedra

"Pareces de piedra"
dijo el humano.
Entonces, la piedra sensible,
comenzó a llorar.

Saturday, July 12, 2008

Huesos huecos de humo

Hoy quisiera que el día solo fuera uno de Esos Abrazos porque los huesos huecos ya duelen de vacío.

Mientras, el cuerpo tira de la cuerda del tiempo que arrastra todas las cosas en una bolsa de tela sucia por el polvo del camino.

Mis articulaciones se enganchan a rosca en el cansancio mientras el vicio de la vida pierde inercia al respirar hondo a golpe de suspiro.

Y ese abrazo como una nube de humo cada vez se aleja más alto en el cielo hasta que se desvanece justo al lado del tercer rayo de sol empezando por la izquierda.

Sunday, July 06, 2008

Manguitos

Medía a penas más de un metro. Portaba un manguito de colores estridentes en cada hombro. Caminaba por el borde de la piscina de la mano de su madre. Por cada paso que daba ella, él ya llevaba 4 dados. Su cara era de angustia, no hacía más que mirar sospechoso y atemorizado hacia todas las direcciones.
Su cara se tornaba cada vez mas preocupante hasta que no pudo más y confesó con desesperación:
- Mamá, ¿dónde está el cloro?

Thursday, June 26, 2008

Crónica de un verano anunciado

Dicen que en verano, a una hora puntual, con una luz determinada que huele de manera suave, cuando la piel mantiene una temperatura extraña y el sol se acaba de despedir, entonces, cierto dulce abatimiento hace que te abandones al momento. La colcha fina de verano es el hogar que roza tus pies descalzos, tu música tranquila de fondo se convierte en una especie de familia charlando afable en la cocina de baldosas frías y olor a fruta, y tu entendimiento por fin comprende mientras la brisa fresquita entra por la ventana que éste será un verano de agua con azúcar en un vaso de sal congelada y cristalizada, tan frágil, tierno y bonito que te hará sentir los días como en una novela encontrada en la estantería vieja de tus padres.


Sunday, June 22, 2008

uno

llevo todo el día
diseñando a sucio arquitecturas
para edificarte dos meses
en un solo abrazo

Friday, June 20, 2008

De la incondicionalidad del gesto

"Sólo espero que los viajes del alma,
si nos sentimos lo suficientemente perdidos,
sepan traernos de vuelta"

Es muy trade, lo suficientemente tarde como para que ya nadie se acuerde de tí. El mundo parece dormido y solo te queda apagar las luces y ponerte el pijama de la desidia, aunque con este calor ya casi hasta el pijama sobra, ya ni la desidia es suficiente. Y ha sido un día fuerte, de individuo en proceso de realización, con mil cosas nuevas que pensar y dos o tres de las que olvidarte, asi que, mientras deshaces la cama deberías de sentirte agusto, aunque solo fuera un poco. Pero en el fondo ahí te queda una leve esperanza, un breve recuerdo de otra vida, cuando hace muchos años tanta gente se acordaba de tí. Entonces miras de reojo el móvil y, aunque ya ni te acuerdes de esa sensación, te aparece un ápice de presentimiento de que tal vez, ese día, a esa hora, alguien se acurede de tí. Pero no, eso ya no pasa, ahora nadie me escribiría por la noche, no son horas para acordarse de mí.

De camino al desgaste nocturno a favor de la creación onírica, un doble pitido te despierta de la rutina del rito de acostarse. Ya ni siquiera pones el móvil en silencio por las noches, total, para qué, para quién. Entonces tardas unos segundos en querer mirar la pantalla. ¿Quién te ha podido escribir a tí a esas horas y para qué? Aparecen mil nombres, bueno, miento, solo 3 o 4 nombres que te podrían hacer sonreir antes de empezar un nuevo día. Y cuál es tu sorpresa, cuando resulta que quien se ha acordado de tí, quien te ha arropado esa noche, quien te ha dicho justo lo que necesitabas oír en el momento exacto, es casi un extraño que a penas sabe lo que te pasa por el alma, que en ese momento, con ese detalle, sientes que, involuntariamente, te ha querido más que todas esas personas que te rodean en tu soledad -creyéndote tú que te acompañan, que te cuidan, que te quieren, que significas algo importante para ellos-.

A veces, un gesto, vale más que mil incondicionalidades. Gracias.

Thursday, June 19, 2008

Taquigrafía de verano

Alma, cómo puedes estar impasible cuando tanta vida te estalla en la cara. Dónde te colocas el parpadeo instintivo. Qué piel usas para que la onda expansiva no te haga retumbar por dentro. Quién te da sentido o te lo quita. Por qué estarás ahí Alma, si no es para dejarte llevar con virulencia por los bucles del equilibrio desequilibrado, en la cuerda floja -al cuello-.

Despierta, porque ya la piel te huele salada a sol de verano, porque mi lengua se deshace en matices de colores que podrían describir el mundo entero, porque has descubierto el punto en el que el cielo y el mar se vuelven siameses cuando, entre lágrima y lágrima, un espejismo borroso te susurró al oído que por fin estabas vivo otra vez.

Alma de tinta y hierro, cómo puedes estar impasible con todo lo que te queda aún por escribir. La taquigrafía ahora es un ritmo que cabe en la palma de tu mano, en mi palma, en nuestra palma dispuesta a disparar catapultadas 5 huellas dactilares que dejen claro, de manera contundente, la identidad indescriptible que me traerá poco a poco hasta allí donde termine el trayecto. Pero, ¿Dónde es allí, Alma?. Me temo que eso, bonita, no lo sabes ni tú, por muy especial que seas.

Friday, May 30, 2008

Lo que haría ahora mismo

- Masticaría un tiesto hecho de barro sigilosamente.


- Imprimiría por esta impresora rayos de un blanco incandescente.


- Nadaría entre las olas de polvo que surcan el parquet debajo de los rincones escondidos.


- Me afilaria las uñas con el canto de las hojas de mis libros más tristes.


- Me rascaría el alma con una tonificadora esponja amarilla si pudiera llegar justo a ese huequito que se esconde.


- Tomaría el sol en la planta de los pies.


- Arañaría al aire con un grito sordo, contundente, impernenne, penetrante, expansivo y brillantemente pegajoso, de fiel existencia.


- Haría equilibros en lo alto de una encaramada aguja kilométrica de cobre rojo, como la Gran Vena del Mundo.

- Me embarcaría en una nave espacial de papel, hacia un agujero grande en Formentera, directa al mar.


- Después me convertiría en pez de colores e inmersa, sumergida, llegaría por fin la paz, lo absoluto, la corriente hipnótica que aplaca el alarido.

- Y entonces, regalaría el Infinito.


Sunday, May 25, 2008

Medusas esteparias


Cuando este artilugio indefinible y metafísico te encadena la vida, solamente te queda pedir socorro al eco que dibuja el aire soplante frente al cañón más abismal y absorbente que tienes enfrente, colmado en su fondo con voces que no hacen más que repetirte que te dejes llevar por su efecto atrayénte y saltes al vacío.


Pedir socorro al exterior vacío -tan poblado de gente que no puede hacer nada porque el artilugio ese, sí, el indefinible y metafísico que te encadena la vida, es producto de tu imaginación retorcida y surrealista- es como soplar la herida de un brazo recién mutilado, como rellenar con muñecas hinchables una ausencia irreconciliable con la sustitución, insuperable. Mientras, las voces del fondo del cañón -de colorado, de negro, qué más da- son las únicas compañeras. A veces vuelan y son medusas eléctricas, viajantes y vagantes en tu maleable estado de ánimo, las que te acompañan, voltáicas, cuando tienes frente a tí el placer de dejarte llevar por el dolor, por los buenos momentos, por los recuerdos, por los proyectos, por los olores de una ducha caliente, por el salado tibio de las lágrimas en tu boca, por sentirte asquerosamente viva, descarnada ante sentimientos fulgurantes que azotan con grandes olas de sal espinosa, incisiva, contra el muelle de tu antigua vida -en la que te limitabas a ser Feliz. Simplona e ingenua tú-.


"No quiero que mi primer libro sea un socorro cristalizado en tinta y pasta de papel, un horror compartible con cierto regustillo a humanidad imperenne", les digo a las medusas eléctricas cada vez que descargan su furia de un latigazo fotovoltáico contra mí. Entonces ellas se apiñan frente al tsunami de olas de sal puntiaguda y escociente aislándome de él, creando una barrera, un vacío, como el del abismo del cañón, y me hacen ver el horizonte de un chispazo, me iluminan, décimas de segundo de lucidez no farragosa, chute de Ventolín para mis asmáticos sentidos ahogados. Tal vez, el destino solo me esté haciendo el favor de no limitarme a ser Feliz, de utilizar las uñas para arrancarle a la vida unas palabras de libros, todo un honor hacia mí por su parte.


La verdad es que nunca pensé que viviría en esta isla, que yo también acabaría siendo un lobo estepario. Sorpresa, Principita...

Saturday, May 17, 2008

Mayo del 08

Tengo las cosquillas atrapadas en mi pecho, contemplando pasivamente el aire que me rodea y no me deja respirar. Y mi silencio chilla como un berreo prolongado de Janis Joplin, que hiere pero es rasgantemente humano, prolonga el sufrimiento desahogándose con la vida, bestialmente hacia afuera, todo salvaje, descarado, descarnado, impertinente. Una vez más el sufrimiento vibra y ya no está identificado dentro, por fin, sino con el Otro, alteridad extraña, con la impotencia por entender un mundo que cabalga entre el egoísmo y la opulencia, entre el egoísmo y la austeridad tratando de camuflarlo, que sangra y se arrastra en cada segundo que dedica el planeta a la rotación de su existencia. Al centrifugado de su historia.

Marcada en la frente por la señal de Caín o tal vez hechizada en sueños por la marca de los poetas malditos, con Rimbaud histriónico en mis oídos y Bukowski echánodme el humo de su cigarro en la cara. Agarrar las crines blancas a la vida bien fuerte y montar un caballo que cabalga mi destino, siempre hacia la muerte, abrazando su cuello de vida, creando hendiduras con sus herraduras por el camino que pienso construir, vedado por carteles, señales, prejuicios y existencias pasadas. Aburrido de no existir.

Y escupiré al aire mil palabras afiladas, penetrándolas en acto sexual contra su impasible mirada de mundo ya inventado, de excusas, de muerte en vida y vida muerta. La ondulación de las cascadas jamás podrá sin mis palabras enganchar tu alma en caída libre hasta zambullirte en lo más profundo de nuestro ser. Ojalá quisieras verlo.

Saturday, May 10, 2008

De profesión: Comunicante

Cada vez es más intenso mi juego de coger repentinamente un libro cuando tengo un presentimiento abrupto de hacerlo, abrirlo y clavar los ojos en un párrafo concreto, a boleo pero con determinación. Siempre dicen algo. Hoy Hermann Hesse me ha chistado desde la estantería mientras yo ojeaba el periódico y me ha dicho esto:

"Todo fenómeno sobre la tierra es un símbolo, y todo símbolo es una puerta abierta, por la que el alma, si está preparada, puede entrar en la intimidad del mundo, donde el tú y el yo, el día y la noche, son uno. Ante cada hombre, alguna vez en su vida, aparece la puerta abierta en el camino; en cada hombre aletea en una ocasión la idea de que todos los objetos visibles son símbolos y de que, tras cada símbolo, habitan el espíritu y la vida eterna.
Pocos pasan, es cierto, por esa puerta y renuncian a bellas apariencias a cambio de la presentida realidad de lo ínitmo."

El lunes (día de la Luna) cumpliré 22 años (el 2, mi número, repetido 2 veces). Cada día estoy más segura de que mi lugar en el mundo pasará por seguir escribiendo que todo eso que comunican Hesse y otros tantos existe aún, que aun así las nuevas generaciones lo seguiremos escribiendo con sentimiento insaciable, como si fuera la primera vez; que existirá entre las estanterías de cualquier nuevo ser del mundo futuro que empiece a sentir los giños de complicidad que plagan al planeta azul, que no son ideas que leamos de otros, sino sensaciones vírgenes adheridas a nuestra existencia que un día cualquiera, tras acicalar nuestra desnuda soledad, conseguimos reconocer en los demás. "La presentida realidad de lo íntimo" enamorada del Otro, o lo que es lo mismo, la comúnmente conocida a lo largo de la historia como Comunicación Humana.

Tuesday, May 06, 2008

Refugio de Personas

Igual que existen los refugios de animales, donde van todos aquellos perritos que a cambio de fidelidad, lealtad y mil cosas buenas han recibido un abandono, deberían de existir los refugios de personas a donde dirigirse una temporadita cuando te sientes abandonado como un perro.

"Es increíble pero no estoy solo,
a menudo me trenzo con manos o voces
o encuentro una muchacha para ir lluvia adentro
y alfabetizarme en su áspera hermosura.
Quién no sabe a esta altura que el dolor
es también un ilustre apellido"
Benedetti.


Me encanta coger mis libros de poesía cuando ya no sé a qué agarrarme, abrir una página al azar y encontrar justo estas cosas. Magia a falta de refugios.

Sunday, May 04, 2008

Clarissa Vaughan

O de la filtración de lo que podía ser uno mismo lanzado al futuro entre páginas de papel. Atónitos ojos recorren un alma gemela o tal vez a mí misma, proyectada por mi mente en esta especie de simulacro que es la vida, porque aún no está comprobado que el mundo no sea inducido por nosotros. Y ésta es ella:

"Ahí la tienes, piensa Willie Bass, que se cruza con ella algunas mañanas por estas latitudes. La antigua beldad, la antigua hippie, con el pelo todavia largo y de un gris desafiante, en una de sus rondas matutinas con tejanos, camisa de algodón, de hombre, y una especie de sandalias étnicas (¿India? ¿Centroamérica?). Conserva cierto atractivo erótico; un toque bohemio, un encanto como de bruja buena; pero esta mañana irradia un aire trágico, tan tiesa como su camisa holgada y su calzado exótico, resistiendo la atracción de la gravedad [...] Ha debido de ser una mujer espectacular hace veniticininco años; los hombres debían de morirse felices en sus brazos. Willie Bass está orgulloso de su capacidad de discernir la historia de un rostro; de entender que quienes ahora son viejos fueron jovenes un día."

"Mientras que ella, Clarissa, se limita a gozar sin motivo de las casas, la iglesia, el hombre y el perro. Es pueril, lo sabe. No es sutil. Si tuviera que expresarlo públicamente (ahora, a su edad), este amor suyo la confinaría en el reino de los incautos y los cortos de luces, de los cristianos con guitarras acústicas o las esposas que han accedido a ser inofensivas a cambio de que las mantengan. Aun así, este amor indiscriminado le parece a ella totalmente serio, como si todo el mundo fomara parte de un vasto e inescrutable designio y todas las cosas del mundo tuviesen su propio nombre secreto, un nombre que no puede transmitir el lenguaje, sino que es simplemente la visión y el tacto de la cosa misma. Esta parte determinada y perdurable es lo que ella considera su alma (una palabra engorrosa y sentimental, pero ¿de qué otro modo llamarla?); la parte que es conocible, que podría sobrevivir a la muerte del cuerpo. Clarissa nunca habla de esto con nadie. No lo vierte a borbotens ni gorjea. Se limita a proferir exclamaciones ante las muestras obvias de la belleza, e incluso entonces consigue aparentar un cierto aspecto de contención adulta. La belleza es una puta, dice ella a veces."

"... y los lunáticos, los aturdidos y los desnortados, la gente cuya estrella, si alguna vez la tuvieron, les ha abandonado. Así y todo, ella ama el mundo que sea crudo e indestructible, y sabe que hay otras peronas que también deben de amarlo, tanto ricas como pobres, aunque nadie hable de las razones concretas. ¿Por qué, si no, seguimos viviendo, por muy comprometidos, por muy dolidos que estemos?"


"Las horas" M. Cunningham.



Esto de la literatura es increíble pero cierto. Ahí está Clarissa, entre garabatos de papel. Y Clarissa existe de verdad, entre nudos de complejidad real. Y a veces, cuando pasan estos diálogos tan fieramente comunicacionales entre libro y persona, tan sangrantemente sinceros, tan calidamente suaves, como un abrazo cuando tiritas que te susurra que la existencia humana no son invenciones útopicas, que no son solo cosas mías, tengo ganas de llorar.

Saturday, May 03, 2008

Nº 1

- Contaré al aire todo aquello que la tierra no quiera oir.

Monday, April 28, 2008

Etapas


...Y teneindo en cuenta que ella es como es de ofuscada y que está ahora como está de incompleta, su respuesta fué un sí, un sí somos especiales aunque ahora no toca ni serlo, ni pensar que lo vamos a ser para poder así seguir con nuestro destino. Y me dijo que ella cree en el destino y que algo le decía que yo iba a estar siempre, aunque sin saber cómo, con qué rol. Y eso es precioso, jodidamente triste para mí ahora, pero cosmológicamente precioso en la atemporalidad de nuestras vidas vibrantes.

Monday, April 21, 2008

Colgar desabrochada

Sus pies colgaban de la rama del árbol, donde su respiración asincopada trataba de calmar su corazón bombeante de emociones, clamante de interrogaciones. Tal vez sí, esté mejor ahí arriba después de correr hasta hacer sangrar al suelo con la inercia de sus pisadas. La huída turbadora no hacía más que gritarla que tenía que volver porque aquél era su sitio. La estancia desubicada, en cambio, le susurra al oído que aunque el sitio de vuelta fuera el mismo, no es un lugar lo que necesita el sentimiento para acicalarse el alma. Pero en aquella rama, sus pies por encima del suelo, incluso del cielo, balanceaban complejidades que no la soltaban por más que zarandease sus interrogantes contra el vacío de la existencia. Contra el vacío del no comprender nada.

Seguía respirando allí arriba, con sus cordones desabrochados, con sus lazos rotos de cuajo con la misma piedad con la que se le corta la cabeza a una circunstancia enamorada mientras se afilan los excesos de la implacable individualidad que un día hicieron que te enamorases de mí. Y yo lo único que aprendo, aquí arriba, en la rama con los cordones desabrochados, es que los excesos son malos.

Mientras, me dedicaré a respirar, pero sólo lo justo.

Friday, April 18, 2008

El Destino de Amelie


No puedo dejar de preguntarme ¿Y luego qué?
¿Que pasó con ellos, con los dos raros en apuros?
¿Cómo sería la segunda parte de Amelie?
¿Disfrutarían de las pequñas grandes cosas que les unen más allá del resto de las personas?
¿Harían su vida independientes, felices de saber que al llegar a casa podrán compartirla con la persona que les abraza por la noche?
¿Aprenderían a enseñarse mutuamente?
¿Seguirá disfrutando los 3 segundos que dura el meterle la nariz entre el pelo de su nuca, ó alguno de esos pequeños placeres que nadie parece sentir alrededor?
¿O se fué todo a la mierda?
¿Cuál sería el destino para una rara como Amelie?
¿Cuál es la segunda parte?

Wednesday, April 16, 2008

El naranja de la esquirla

Y recordar cuando era una caja de música de colores llena de sorpresas.
Sonar al metal apagado que ya no gira enredado en chirríos.
Tener el bote de aceite a tu alcance, hacerlo invisible y disfrutar de manera minimalista
de todo el óxido que te queda en la piel.

Y esque siempre te gustó el naranja.


Sunday, April 13, 2008

Las mañanas protocolarias

Siempre había un punto en la mañana insoportable, inflexible, intransigente en su cabeza. Y ese punto era a las 11'20. Desde hacía años, el anciano era madrugador. Pero no como todos los abuelos. Él siempre asoció la jubilación a un dulce sueño de vida y sábanas, de desayunos empalmados con comidas, de tardes en pijama. Y por qué no decirlo, de ella a su lado. Pero desde que se quedó solo la cosa cambió.

- Desde entonces siempre me despierto a la misma hora. Por las noches procuro apurar el sofá hasta que mi cuerpo pierde la noción de sí mismo para asegurarme de que no me quedaré la noche en vela pensando. Y siempre siempre, por las mañanas, esté la persiana subida o bajada, a las 9 menos 10 me despierto. Cuando parece que el nivel de sueño es menos profundo y que tengo consciencia involuntaria sobre mi situación, sobre la vida en la que aterrizaré cada mañana, me doy un susto, una sensación de vuelco al estómago y me desvelo a mí mismo.


Entonces procuraba seguir dormido, pero la situación de angustia le levantaba de la cama con un desagradable gesto de tozudez arisca, como si ya fuera su mujer y llevaran miles de años casados aguantándose. Entonces se calzaba sus zapatillas, pisadas por el talón y con una gran cantidad de pelotillas y pelusas que acariciaban sus pies cada vez que se las ponía. Eran azul oscuro con cuadros blancos, como las de todos los abuelos. Como aún tenía el cuerpo entumecido, tenía que estar un par de minutos mirando al horizonte de la pared de su habitacion sentado en el borde de la cama. Como la pared estaba a tan solo un metro, a veces giraba su nevada cabeza hacia la izquierda donde seguía su boli y su folio en blanco sobre el escritorio. Esta sensación de estancamiento le hizo levantarse definitivamente.

Como todas las mañanas bajó a por el pan, luego a por el periódico, y después se sentó en el banco del parque donde daba el claro de sol. Entonces hacía que miraba su periódico- cada día se compraba uno diferente porque odiaba las costumbres fijas- que intentaba involucrarse en la vida que allí se exponía, de integrarse en los asuntos del país y cuando ya se cansaba de intentar centrarse para leer en lugar de pasar los ojos por encima de los titulares una y otra vez sin entender el significado, decidía volver a su casa porque allí, en ese banco, tras media hora, ya no pintaba nada.

Todo esto siempre le hacía llegar a las 11 a casa, con cansancio, falsa ilusión de realización personal y sintiendo aún el sol en su cara. Se volvía a sentar en la silla de su escritorio escuchando el silencio frente a la ventana. Y tras 10 minutos la situación era insostenible. Insoportable. Inflexible. Algo que su corazón no transigía.

Tuesday, April 08, 2008

Las olas del boli

- "Pienso en un final feliz para una historia que ya nunca escribiré".

El anciano se quitó las gafas de ver de cerca y se sentó en la silla de la esquina mirando su folio en blanco. Se sentía solo, abominablemente solo, tal vez por eso ni se sentía y le dio por escribir otra vez, para recordarse que está ahi, para compartir lo que aún no sabe que lleva dentro pero que le recorre como una apisonadora el lado izquierdo de las costillas y no le deja respirar.

Esa mañana sus huesos tenían frío, le dolían como agujas candentes y se diferenciaba de otras mañanas porque después de tanto tiempo ella ya no estaba a su lado. Ni ella, ni toda su vida con ella. Tampoco tenía hijos ni nada que se le pareciera a un hogar. Porque un hogar, y lo sabía desde hace años, es aquel lugar, con o sin techo, en el que no tienes miedo de lo feo que es el mundo. Y que, cuando lo tienes, no pasa nada porque hay alguien para abrazarte y compartir contigo la ilusión de seguir adelante. Ahora le comía todo el alma, hasta su propio cuerpo sentía entumecido y disminuyendo a pasos agigantados, como si hubiera quitado el tapón de la bañera y su vida se vaciara por un agujero en remolino.

Se quedó seco, tiritando, con una arcada de pena, una náusea de sin rumbo, petrificado, porque no sabía hacer otra cosa ahora. Le hubiera gustado tener un jardín para ir a pasear y perderse entre sus flores, como en los libros. Pero vivía en un piso pequeño, un no-hogar que era lo único que le quedaba de golpe. Y hacía poquitos días se había dado cuente de que los libros, sobre los que siempre ha girado su forma de ser, no existen. Sólo son carencias de pasta dura.

Sus manos arrugadas, plenas de venas en 3 dimensiones con un sangre fluidamente apagada, amarraron el boli con fuerza. Con toda la poca fuerza que le quedaba. Se agarró a él como si fuera un salvavidas en medio de el océano. Y con el azul de las olas y la tristeza empezó a balancearse sobre el folio. Cerró lo ojos y siguió balanceándose hasta que perdió la noción del tiempo. Tanto la perdió que ahora no sabe si existe, existió o existirá alguna vez. Pero siempre le quedará el anestésico balanceo de su boli, lo único que sabe que en toda su vida ha dependido tan solo de él.

Monday, March 31, 2008

La sonrisa de África

África tiene nombre de mujer valiente. De embergadura que retumba en la piel de mi tambor interno, atrincherado entre las costillas de mi lado izquierdo. Me retumba en el lugar que me recuerda que aún sigo viva. África me impresiona porque es de un color tierra y negro. Pero me sorprende con ciertos verdes, me envuelve en mil telas de colores y me decepciona por estar salpicada, siempre salpicada, de ese impenetrable rojo que marca la historia de los hombres.

África me tiene enamorada y me asusta a su vez. Pienso en ella cuando menos me lo espero. A veces tengo teorías, esas mismas teorías que sólo las personas enamoradas pueden llegar a descubrir inmersas en detalles aparentemente tontos que se convierten en el motor inmóvil que causa el efecto de las cosas complejas. Como por ejemplo su sonrisa. Una sonrisa blanca, brillante, destelladora de los más opacos ojos. La piel de África, su tacto hecho materia, es negro precisamente por estar subordinada a su sonrisa. Dicen los científicos que el color de su piel se debe a la evolución y la adaptación de la especie a la exposición constante ante el Dios Sol. Y digo yo, como enamorada pseudoantropóloga, farsante de conocimientos en pos de los sentimientos, que la finalidad de su tono de piel no es otra que enmarcar esas sonrisas africanas que simplifican, de un gesto, la aspiración de los seres humanos: ser felices con lo que tenemos. Sea lo que sea, aunque ni sea, como es el caso de muchos en este continente.


Un hombre mayor cojo, en la calle que se dibuja a través de mi ventana, acaba de lanzar una piedra contra un árbol. Del árbol han salido disparadas dos palomas, que han cruzado su vuelo en direcciones opuestas a 4 metros de mi cara. Ya no recuerdo por dónde iba escribiendo, qué era lo siguiente que quería decir. Y al hacer memoria, friccionando neuronas ha caído un serrín con forma de horizonte en mis ojos. Y como enamorada, elevo ligeramente los dos extremos de esa línea horizontal, que ahora se curva hacia arriba. Es África, que ha vuelto a sonreir.

Wednesday, March 19, 2008

[V]

A veces me desespero mirándome las muñecas, buscando esa marca donde las cadenas estuvieron cuando no hice esto o aquello. Y jamás encuentro nada. A veces, me gustaría tener cadenas, metales fríos, enlazados, a los que culpar de este sentimiento. Grilletes al cuello que me ahoguen los sueños en lo más profundo de la pasividad, húmeda, tranquila, con el azul oscuro, casi negro, hasta las orejas. Así sería mas fácil explicar el por qué no salir corriendo de aquí.

Tras la infértil pérdida de tiempo buscando las cicatrices de mis alas cortadas me da por buscar la cicatriz que dejó, algún día, el lugar que me unía, en algún momento, a mí misma. Y aún no he encontrado nada. Pero tengo la impresión de que con la tontería, acabaré encontrándome a mí misma, asustada y cabreada en algún rincón, diciéndome que la cicatriz no existía:

- ¿O es que acaso te has encontrado alguna vez?- Espeté en aquel rincón abrazada a mis rodillas.

Friday, March 14, 2008

Tu Hotel de Mil Estrellas

La Luna en remojo marítimo, la colchoneta de arena y nuestro Hotel de Mil Estrellas. Me llevan ahí, a ese lugar donde quiero estar. Esta banda sonora de agua me eleva en incienso mis aspiraciones, que zizaguean simples entre el velcro del aire, que a su vez agasaja el paso del tiempo mientras retiene en sus fauces la falacia de la materia. Y ahí seguirán, ignorando las trabas a la eternidad: nuestra Luna en remojo marítimo, nuestra colchoneta de arena y el Hotel de Mil Estrellas donde pasaremos las noches en vela. Con velas. Y entre ellas.

Monday, March 10, 2008

[IV]

Y clavar el boli en la hoja y gritar, que no sabe lo que quire y que le importa, que no sabe quién le puede escuchar y le importa, que no le importa seguir arañando la hoja con su boli, con ira, fuerza y rabia, impotencia, y que le importa el tiempo que pasa pero en el fondo no le importa seguir garabateando durante las eternidades que necesite con tal de evitar el momento, el pavoroso momento, en el que ceje en su expresión de tinta y vuelva el silencio, ese maldito silencio que enmarca el vacío, la nada. Y eso también le importa.

Sunday, March 02, 2008

Atrezzo

Organizando amaneceres
de un sutil naranja
me doy cuenta
de lo bien puestas
que estaban las estrellas
mientras las voy guardando
en cajas.

Friday, February 29, 2008

Un por fin Hoy, a secas


¿Un "por fin viernes", dicho con satisfacción, no sería una aberración a la vida, una complicidad dañina con la cuenta atrás que tacha días de los calendarios en rotring resistente al agua con plena satisfacción de su rápido avance, de su anestésico avance? ¿No es un poco macabro estar toda la semana esperando que llegue el viernes para luego volver a empezar? ¿Qué pasa con la vida, con eso que te va sucediendo mientras tu solamente miras hacia el viernes que viene?

Esta sociedad tiene un problema. Grande. Tenemos derechos, dinero, jornadas laborales decentes en comparación con el antaño "de sol a sol", pero aborrecemos 5 de los 7 días de la semana, de las semanas que compondrán nuestra vida, de esas que no se volverán a repetir, oportunidades utilizadas para aborrecerlas. Qué derroche ¿no?

Y lo peor de todo es que en el fondo, el tiempo no mide absolutamente Nada...

Friday, February 22, 2008

[III]

Cuando esté todo ordenado
se esparramarán los rayos de sol por todo mi cuarto.
Cuando me toquen el brazo pronto oleré a incienso y a vela,
como una caída libre en la India.
Cuando muy pronto, tal vez hoy,
sienta mi respiración en todas las bocas,
corazones,
no me podré decir que no a mí misma,
negar,
a consecuencia de los actos
los sinsentidos de los que no formo parte.

Una manzana,
un eco
y una mancha
es lo que resuena
cuando el sol va a empezar a entrar.

Flores de fuego
y el sol en mi boca.

Si se completa.

Monday, February 11, 2008

Esquizofrenia empática

- Entonces está usted pasando por la típica crisis de desgana y pesimismo...

- Exacto, no puedo evitar teñir los colores de un color mas oscuro, como el de la sangre y el musgo.

- ¿Ha sufrido algún cambio su vida últimamente?

- No doctor, para nada, todo sigue igual que siempre.

- Entonces debería de cambiar las cosas, los hábitos, ponerse nuevas metas y salir de ese agujero en el que se encuentra. Debería de...

- No, un momento doctor. Si mi vida está genial y no paro de ver objetivos en los que implicarme constantemente.

- Entonces, ¿Cómo es que está usted deprimida?

- No lo sé. De hecho creo que no estoy deprimida.

- En la charla de hoy ha utilizado palabras lúgubres, retorcidas, llenas de amargura y resignación, de pesimismo, expresiones como "vida puta" que apuntan a cómo siente usted la vida.

- Pero yo no la siento así.

- ¿Entonces?

- Supongo que el problema es que mucha gente sí que la siente así.

- Pero tras realizarle varias pruebas psicológicas, está claro que usted está en crisis...

- No puede ser. Precisamente no soy yo la más adecuada para quejarme. Con el musgo y la sangre expreso cosas contrarias a mi filosofía de vida, a mis circunstancias, a como me siento. Mi vida no es puta, solo está llena de vida, de sensaciones, de tensión creativa. Sin embargo, en esta etapa no puedo expresarme, necesito expresarlos.

- ¿Expresar a quién?

- A ellos.

- ¿Quiénes son ellos?

- No lo sé, supongo que todas esas persona que a lo largo de la historia, a lo ancho del presente y a lo alto del futuro se sienten así. A los que no han tenido tanta suerte como yo y están demasiado cansados sobreviviendo como para ponerse a escribir palabras de color musgo y sangre. ¿Sabe?En el fondo me da rabia.

- ¿El qué?

- Pues ser una burguesita hippie. Una escritora que pone en su letra algo de lo que no tiene ni puta idea. Con la vida resuelta y el estómago lleno es muy fácil hablar de paz, de igualdad, de desarrollo sostenible, de pobreza cero, de poner fin a la explotación, de ver las cosas blancas en lugar de grises, de radicalizar las buenas intenciones hasta que consiguen ser un puñado de militancias abstractas que jamás cambiarán nada.

- Y usted sigue manteniendo que no está en crisis...

- No, llevo toda mi vida así. Las crisis son cosas puntuales.

- Entonces ¿por qué antes no actuaba así, de color sangre y musgo?

- No sé, quizás no me veía dentro del mundo, formando parte de la cadena, solo era un ente individual que andaba expresando su manera de estar en el mundo.

- ¿Cuantos años tiene?

- 21

- Ahora entiendo. Entonces, bienvenida al mundo. Usted escriba lo que siente, no se deje nada, pero por favor, procure no olvidar lo que es, tener un punto hacia donde volver cuando pierda la cabeza entre la enredadera de sus letras. Si no olvida este consejo, creo que no hace falta que nos volvamos a ver.

Friday, February 08, 2008

[II]

Claramente tuerce
sus dedos
para jugar con la ubicación
de mis venas.

En helio líquido
flotando el nenúfar
anclado en las miserias
de mis grutas.

Sal a priori
convertida en azúcar,
clavo y martillo
para cerrarle la boca
a esta vida puta.

Tuesday, February 05, 2008

[I]

La electricidad me hace cosquillas
cuando me recorre la plama de la mano
en círculos
para encontrar un punto de partida
en mi línea de la vida.

Y mientras, me pregunto
dónde coño estará el sol
enchufado,
abrasado al abrazo de su fuego
en este universo de muerte.

Wednesday, January 30, 2008

La pobrecita habladora

Hoy estoy un poco triste. No habrá literatura ni palabras bonitas. Solo una pantalla y mis ganas. Una pobrecita habladora más.

Me duelen tanto las etiquetas erróneas inducidas por la intolerancia abanderada por los impulsos pueriles, que dentro de mí estalla un bote de aguarrás de 5 litros (de cristal de ese que se rompe rápido) para intentar despegarlas. Inútilmente, claro. Y escuece mucho el aguarrás y más por dentro que se estamos en carne viva.

Esque me duele tanto. También me duele que a veces sea necesario escribir estas cosas en algún sitio como un blog para que alguien - que acaban siendo todos ahí fuera- no te ataque, te entienda y te diga "oh, sí" en un comentario y que luego en la realidad todo cambie. A la mierda la empatía que podría mover el mundo. Que todos y cada uno de nosotros tengamos el corazón cerrado de cara a los demás para comprenderles con la misma complicidad que se comprende, por ejemplo, la obra de alguien famoso (y, manda leches, que suelen estar muertos y en su vida, la misma que luego todo el mundo comprende ahora, han pasado de ellos y sus razones muy olímpicamente).

El otro día, en la obra de Frida, cuando está apunto de morirse dice algo así como que manda carallo que seguro que despues de muerta la plantarán un museo -ajá- y todo el mundo la alabará -ajá- , cuando resulta que ha estado toda su puta vida sola -ajá- y muerta del asco -ajá- hablando con sus lienzos y soñando con los pinceles. Me dieron ganas de irme con ella al escenario y darla un abrazo de complicidad.

Es muy duro vivir con el corazón cerrado. Espero que tantas hostias no me lo cierren de mayor. Pero es que ahí duelen tanto...

Friday, January 25, 2008

Seca de gotelé

Hace semanas que no encuentro mis letras para escribir cosas decentes. No sé dónde las habré dejado, aunque teniendo en cuenta que jamás supe de dónde salían tampoco es tan grave el despiste. Pero el caso es que las echo de menos, necesito volver a escribir y a contarme mi propio mundo para que exista porque si no los árboles se estan volviendo igual de normales y monótonos que el metro y las nubes ya no dibujan nada que mirar en el techo de clase, tan solo están los alógenos y las goteras de los aires acondicionados.

El caso esque el mundo está insaborío y mi capacidad para salpimentarlo es nula. No sé si meter en un tarro una especie de cóctel molotov hecho de pintura de colores y plumas de escribir y empezar a disparar contra las cosas. Puede incluso que hasta me detengan y una vez en el trullo tenga tanto tiempo entre cuatro paredes peladas y mondadas que a mis letras no les quede otra que echar a correr entre los pasillos y escaparse de ahí para abalanzarse compulsivamente contra algún papel, alguna nota, o algun blog de color blanco con las letras amarillas y grises. Como pasaba antes, vamos.

¿Y si se han perdido para siempre? O lo que es peor, han encontrado un rincón dentro de mí donde están demasiado agusto como para salir... y yo aquí delante de las letras del teclado mordiéndome las yemas de los dedos a ver si a base de apretarlos disparan mis huellas dactilares algo de su esencia...

Ni siquiera sé como acabar esto. Nada, le doy vueltas y ni una puñetera frase para cerrar lo que acabo de escribir. Lo único que se me viene a la cabeza es la imagen de mis manos hace un rato con un cuter raspando el gotelé para quitar el chicle ese amarillo de pegar pósters, y mientras el polvillo del gotelé callendo al suelo o justo en el centímetro horizontal del rodapiés...

Saturday, January 19, 2008

Las dos Fridas

"Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños.
Pinté mi propia realidad".


Frida Kahlo y yo poco teníamos que ver hace unos días. Había oído hablar de ella, no sé si ella de mí tambien. Y entonces la ví... no recuerdo dónde, pero estaba junto a ella misma sobre un escenario. Pasados dos días, la vovlí a ver en un estudio de radio, de esos a los que solo vas de excursión cuando es un día especial. Pero aunque eran las mismas Fridas que ví en norecuerdodónde, ya no eran Frida, eran sólo dos actrices que no recordaban nuestro encuentro.

Un poco mosqueada por tanto encuentro casual y continuo con ella, pensando en si otra vez nosequé me estaba volviendo a enviar esas señales que no intuyo desde hace tiempo, al salir de aquel edificio donde me encontré a las actrices, casi por inercia me vi en la 3ª planta de fnac en la seccion de libros de arte, donde, casualmente, había un tomo gigante, centrado, delante de mis narices, sobre Frida Kahlo.

Y nos volvimos a ver, esta vez de ojos a ojos, muy de cerca. Y me dijo que quería decirme una frase que me ayudaría. Me contó que la gente pensaba que sus pinturas eran surrealistas, y que lo decían como si la entendiesen, como si ella fuera un genio, pero que en realidad no era surrealismo, era su vida, la real, pero jamás la tomaban en serio, no entendían su mundo real.

Le dí las gracias, porque a veces necesito oir a gente como ella, tan real como la de aquel cuadro y que diga verdades como puños. Aunque no nos crean ni nos entiendan y tengamos que camuflarnos a lo largo de la historia en expresiones, en películas y libros de aparente ingenio y originalidad. Aunque esté mejor dejarse de fríos halagos creativos y empezar a comprender.

Ojalá supieramos hablar el lenguaje de las personas "reales".

Tuesday, January 15, 2008

Gestalt, el Insomnio, tú y el paralilepipédo blandito

Madrugada del 7 de enero, a 10 horas de recogerte del Aeropuerto.
Qué ganas de verte, Hueco de mi Espacio. Ando esperando por las noches, charlando con mi compañero el Insomnio. Por las noches largas nos gusta andar hablando de tí ¿sabes?. Pero no te vayas tú a pensar que eres el centro de mi mundo, nonono, tu sitio está en la mitad, que no es lo mismo. Pues eso, como te iba comentando ando aquí con Insomnio recordando viejas historias de geometría humana. Círculos, triángulos, ya sabes. Dice el Insomnio que debería de centrarme ya un poco en dormirme, pero cuando pienso en la suerte que tengo de recoger rectángulos (maletas) junto a tí en el aeropuerto un par de veces al año que te me escapas, después de tanto delirio insomne de acumulación de ganas, se me pone la sonrisa semiesférica y es por todos sabido que cuando se tiene una sonrisa semiesférica es muy difícil conciliar el sueño plano (es girarte un poco y ya te chocas contra la almohada rectangular). Después del aeropuerto, con el gran rectángulo con cilindros (maleta con ruedas) llegamos al cuadrado de tu bloque, de pasillo rectangular, como los peldaños que llevan a tu puerta, que son tan originales como tú (a veces se suben de uno en uno y luego de dos en dos, dependiendo del día). Luego entramos en el cuadrado de tu casa. Nos metemos en el cuadrado de tu habitación que por cierto es un poco rombo (unos tres). Cuadramos la escena con el rectángulo central donde siempre acabamos. Qué gracia, al final resulta que todos los círculos y triángulos estaban ahí escondidos, en la cama. Y cuantos más buscas más encuentras, parecen no acabarse los pequeños círculos (poros) de tu piel. Incluso entre ellos puedo jugar a hacer constelaciones con formas de triángulo. Sí, en ese gran paralilepípedo blandito de tu habitación cuadramos cualquier escena.



Y el delirio de madrugada junto mi colega Insomnio aun me sigue sabiendo a tí porque aunque no me puedo dormir, el sueño hace mella y se me esta empezando a ir la cabeza por otros derroteros y a poner en marcha conexiones neuronales espontáneas, subconscientales si es que esa palabra existe, y, tachán, magia, ya sé que pinta el capítulo "el sex(t)o cuadrante" en el libro de la Inmortalidad de Kundera, ese que siempre he dicho que sobraba en el libro, que desentona, que era un pegote (ó esfera).


A todo esto, ya que me he perdido del todo y a estas horas nada importa el sentido de la coherencia... me pregunto... si Gestalt también tenía una novia de Ibiza...