Tuesday, September 11, 2007

La sal del albatro


En un embarcadero rodeada de albatros me senti pequeña, encogida y aplastada por dentro, casi me pierdo entre la sal del mar que fue la banda sonora de aquella revelación. De repente, ni el sol quemaba, ni la inmensidad del agua ahogaba, las personas no me oprimían la sensibilidad, la roca era traspasable por un golpe seco o húmedo y todos esos detalles del horizonte eran cada vez más visibles. Y con el agua el sol me empezó a evaporar. Se llevó todo lo malo, todo lo temporal, lo material, esa triada que nos aferra a hábitos y costumbres, y mientras seguía subiendo no entendía nada porque a la vez lo comprendí Todo: lo único que existe que es demasiado sencillo como para explicarlo. Si el tiempo existíera todo esto habría pasado en pocos segundos o quizás horas.

Una vez despegada de todo aquello que duele, analizada la vida, el egoísmo "ombligocentral", y el tiempo desde arriba de manera global, con cierta desazón hacia lo que realmente me importa, sentí tristeza. Pena por todo eso que va ciego, que cree que iluminarse se limita a darle al interruptor, por los que creen que sienten y se ocupan demasiado en creerselo más que en Sentir a secas, por los que se dejan llevar dogmáticamente por la masa y por los que, de igual mecánica forma, deciden no hacerlo. Me da rabia, jamás podré explicarte lo que es, jamas podre sacarte de tu rutina, porque a lo mejor siquiera te conoceré lo suficiente como para plantarme en el sitio exacto donde se empieza a volar y tirar de tí, si es que eso existe y no son cosas mias.

Y mientras tanto, el albatro dió una vuelta más por encima de mi cuerpo y por todos es sabido lo que eso significa. Así que no me quedó más remedio que volver a mi sitio y aunque aún pequeñita como el granito de sal disuelto en el mar, aterrizé con todo por dentro o mejor dicho con todo un "por dentro", a secas: el mar en mí, la tierra en mí, el aire en mí y tan solo un poquito de fuego controlado, para todas esas noches frías que me tocará vivir cuando me siente por las noches, a falta de mar, en lo alto de los tejados a pensar sobre Todo y Nada, sobre eso indescriptible. Algo que nuestra especie esta abocada a no comprender jamas, solo a intuir... y eso si es que siente...

3 comments:

Svor said...

A veces pensar en Nada te llena de Todo, no?

Saludos de una bloguera a otra.
:*

Alnitak said...

En todo y en nada, en eso estoy yo también...
Me ha gustado el paseo por tu blog... :-)

Unknown said...

Vaya!
Qué forma de sentir la tuya! Esa es la vida que se merecen aquellos que sin miedo se atreven a sentir, aquellos que sin miedo, capturan en palabras y letras las sensaciones del vuelo de un albatro, aquellos que sacan del fondo del mar y de la lejanía de la tierra las razones suficientes para que, aquel que los lea, se enamore, se identifique y no se quiera morir.

Gracias