Monday, December 15, 2008

El calcetín desnudo


Ahora el mundo está tan abierto como el cielo
y el camino se vuelve pequeño para tanto aire.
Hoy me he comprado un cacharrito de hacer pompas con mi mejor amigo. He sido feliz consiguiendo que el jabón redondo brillara de colores. He sido feliz eligiendo entre mil bollos envueltos con olor a dulce para compartir uno de ellos con un café. Me he sentido simple de camino a casa mientras esperaba congelada un bus que jámas llegaba. Simple, por ser feliz con una burbuja y una palmera de chocolate. Me encanta la simpleza. Es lo que más echo de menos -si es que alguna vez fue mía-.
De vuelta a casa en el autobús. Ni Baudeleaire. Ni Woolf. Ni Frida. Tampoco Hesse. No estaban allí. Como tampoco lo estaban mis palabras enrevesadas. Ni mis significados profundos. Mis picos para profundizar más y escabar hasta aparecer por el otro lado del mundo, como a mí me gusta viajar. No aparecieron las pesadillas del poeta, tampoco la nostalgia de lo perdido. Ni rastro de mis tormentas que mantienen verde y vivo este paisaje.
Y llego aquí. Caja blanca de mis musicas diarias. Habitación alquilada al destino por tiempo ilimitado. A veces en el epicentro de mi cuarto, hogar de mis hogares, me pregunto qué pasaría si desconectara. Si desenchufara mi búsqueda. Qué pasaría si no hiciera nada. Si sajara de cuajo la inquietud, la certeza, la curiosidad, la náusea. Si mañana, en lugar de ir a trabajar, me quedo durmiendo. Si apago el móvil y me voy a Atocha para coger un cercanías que me lleve hasta el final de la línea del color que más me guste. La que haga juego con mi calcetín izquierdo, por ejemplo. Y bajarme sin tan siquiera saber el lugar de mi destino. Sentarme a observar. Dejar caer al sol por su propio peso, como las cosas trascendentales de la vida. Saber si alguien, mas allá de mi familia, me buscaría. ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que alguien te busque? ¿Para que alguien se acuerde de ti? ¿Para que sienta la necesidad de estar contigo tan punzante como para salir corriendo?. Eso no existe. ¿Eso no existe?. El sol caería y el capote negro arroparía mi cansancio en un sueño incierto, entre la libertad y el temor. Al día siguiente desayunaría regocijo con colacao y pasearía mi satisfacción campo adentro en grandes zancadas de suelas sonrientes. Abrazaría árboles con toda mi alma y me inventaría, me contaría historias a pleno pulmón para creermelas dogmáticamente. Y.
¿Y luego qué? Cuando pienso esto, nunca consigo ir más allá.
De momento me queda esto: Él, las pompas, el chocolate. Son necesarios. Pero ¿y luego?. ¿Cuando el despertador rebobina un nuevo día y te despiertas con Frida, Hesse, Woolf y Baudelaire hechos un nudo en tu cama, sin ropa, dándote cuenta de que una noche más has vuelto a caer en ese juego que no se acaba nunca?. ¿Cuando follas con tus ideas a tu propia mente?. ¿Cuando vuelve la certeza, la náusea, la inquietud y tu rueda sigue girando?. Entonces ¿Qué? ¿Dónde queda el color de mi calcetín derecho entre tanta piel?.
Buenos días.
Entonces, justo entonces, el mundo está tan abierto como el cielo.
Y el camino se vuelve más pequeño aún para tanto aire.

3 comments:

Anonymous said...

& Las pequeñas cosas hacen que te levantes cada mañana aun sin saber si es cierto que ocurrira lo que piensas que debe pasarte, sin saber si es verdad que todas las inseguridades que te aguardan a la vuelta de la esquina, al levantarte se quedaran debajo de la cama y puede que en el camino alguien te sonria,escuchas una musica que aunque conocida te caliente el alma,y hasta el cielo lleno de nubes te dibuje caballos alados y piensas que aun duermes que no quieres despertarte, por que si lo haces todas esas pequeñas esperanzas se quedaran en el camino y no abra poeta que te redima

Ricardo Guadalupe said...

Lo quieras o no, la búsqueda es tu destino, el rol que de alguna manera te ha tocado (nos ha tocado) desempeñar en esta vida. Por algo será.

Por cierto, Beatrize, te escribo también por otro motivo. Resulta que en mi "Caja verde de letras diarias. Habitación alquilada al destino por tiempo ilimitado" ha entrado un virus. Se trata de un troyano está de alguna manera vinculado a la dirección web del blog. ¿Tú sabrías cómo podría quitármelo de encima? Si es así, por favor, no dejes de decírmelo. Gracias, y disculpa esta intromisión desesperada en un post igualmente desesperado, aunque por diferentes motivos.
Un beso,
Ricardo

empordà experience said...

Me encanta como escribes - me siento muy reflejada en tus palabras yo no soy capaz de escribir así y pasar por aquí me llena el alma :)
En estos días me estoy llenando la cabeza con el cd de Amelie :)
Que tengas un buen día
Daniela