Saturday, July 11, 2009

Echar en falta qué



Qué sensación más rara es esta de echar de menos sin tan siquiera haber conocido a la otra persona. La imaginación mezclada con las ganas es tan poderosa que hasta puede crear materia, puede crear física, puede crear metafísica, y disparar mucha mucha química. Vamos, que te puedes enamorar de tus propias tonterías con plena convicción tangible.

Pero más raro es aún cuando tu idealismo tiene cara, nombre, apellidos y una tierra que pisar. Cuando tu imaginario se construyó a raíz de una casualidad de esas que pasan porque son importantes.

Normalmente la gente idealista sabe todo esto. Y busca entre los 6 mil 500 millones de habitantes que hay en el mundo. Tienen la certeza de que, al menos una persona, en un momento determinado va a ser para construir una historia.

Lo que no es tan normal es cuando el idealismo y tus películas son reales, han estado delante de tí, en una casualidad de esas, con unos nombres, unos apellidos, pero un paradero desconocido.

Lo único que tenemos en común los idealistas con los idealistas-impotentes-cuya-tangibilidad-está-actualmente-en-paradero-desconocido es una cosa: habrá que seguir buscando sin cejar entre los 6 mil 500 millones de personas que habitan en el planeta.

Espero no tener que surcar otros mundos también. Porque yo juraría, por lo que noté aquel día, que mi idealismo materializado también es de la luna.

2 comments:

Carmen said...

Me sucede en este preciso instante lo mismo... y me da miedo estar inventándome mi historia, mi personaje, mi contrincante... hecho a la medida de mis anhelos e ilusiones. Besazos

Carmen said...

te deseo un capítulo lunático.

de los buenos :)