Thursday, December 11, 2008

Barcelona I

Barcelona fue tan explícita que me recibió con la luna en lo alto de la boca de metro, a pesar de ser de día. A su lado, un sol blanco de invierno caía en tromba demostrando que, si él quiere, el aire también tiene color.

Tras un par de kilómetros ravaleros en las ruedas de mi maleta, el puerto ha sido sorprendido por mi tinta fijadora en un arrebato de atardecer. Dibuja el agua ondas hipnóticas donde los pájaros de la libertad, alias gaviotas, esperan expectantes el significado de dicha palabra. Mientras escribo esto, una paloma enmarcada por mis pestañas reivindica su significado. Tal vez, en este viernes 5 de diciembre donde, como cada tarde, la vida empieza, gaviotas y palomas se hayan puesto de acuerdo para comunicarnos algo importante sobre lo que necesita el mundo a las 3 personas que, esparramadas por las escaleras, paladeamos un atardecer de sol que no viene desde el cielo, sino que es reflejado por los cristales de aquella torre portuaria de en frente que a su vez se refleja en la sal del agua que nos mira de cara. Ser impactado por un atardecer con el sol a la espalda. Bonita casualidad estratégica.

3 comments:

Anonymous said...

& Yo he estado tantas veces en Barcelona que temo siempre que al regreso, Madrid me mire como si esta vez le fuera a traicionar para siempre, es que el mar tiene una fasinacion sobre mi que algun dia terminara por atraparme en sus redes de olas y sus sonidos, además Barcelona tiene esos edificios llenos de colores que me recuerdan los dibujos que solia hacer de pequeña.

Anonymous said...

Barcelona siempre espera con las piernas abiertas. Para que te cueles dentro, y te enamores hasta los huesos.


:)

delirante said...

cuanta razon meike....