Thursday, June 18, 2009

La femme fatale que fume fatale




Perderse para encontrarse. Secuestrarse para rescatarse. Esas son las reglas del juego si eliges el camino complejo, el bonito. Dados sorpresa en cubiletes con los que te sueles tropezar, dados que tras ese tropiezo, doloroso o no, salen disparados del cubliete y te pueden llevar hacia cualquier casilla. No te lo esperas y zas, aparece algo, más efímero o más atemporal o menos pequeño o gigantemente ínfimo.

Roles. Un rol es una ficha. De pequeños nos enseñan a ser sólo personas normales, ni rastro de explicaciones sobre las fichas alternativas. Nos lo meten en el cerebro hasta que te pierdes en el vacío y a base de flotar en la nada te sorprendes con el hallazgo de tus propios colores. Que se van, y vienen, y se van...

Hablemos siempre, eso sí, de roles auténticos, no de mentira.

Hay gente que se dedica a los roles. A los planes B. A los colores. Son expertos en crearlos, en dar forma a alter egos, prolongaciones de su juego. Y no solo eso, sino que comparten las mil maneras que tiene un ser humano de sentirse lleno por dentro. De identificarse con lo que uno es. O con lo que uno no es, al menos de momento.

Unos escriben, otros filman, otros fotografían, otros comunican, otros ayudan, otros parecen invisibles al gran ojo -siendo estos tal vez los más importantes-, pero todos crean. Se entretienen y entretenienen. Dados, fichas, posiciones, movimiento, vida. Y mientras van construyendo.

¿La vida es juego
y los juegos
juegos son?




- ¿Está lloviendo o estoy soñando?
- ¡Probablemente las dos cosas!

2 comments:

Carmen said...

me encanta cuando le pinta el 'moustache'.

yo quiero correr así, como loca, cruzando el puente :)

Fernando said...

Mademoiselle,
una sorpresa agradable su(s)blogs
Volveré si así tiene que ser